jueves, 24 de enero de 2013

Recinismo


Los recortes, que ya van por la rodilla, han puesto algunas frases en candelero, como esa de que nos roban el futuro, la cual es poéticamente perfecta, pero imposible: ya no lo había. Además, se puede robar el pasado, pero no lo no vivido. Y otrosí: nadie puede robar más de lo que puede.
Y eso que el hombre esta diseñado para robar hasta el infinito. Pero solo puede hacerlo hasta donde haya, igual el forrandulero Ramoncín que el contestartario Camps. 
Si no hay, no se roba. Y aquí sigue habiendo mucho. Y cuanto más se roba, más se pone en evidencia que hay dinero para unos robos y para otros no. El latrocinio selectivo. Es lo que llamamos corrupción. El ineludible fruto entre el dinero y el poder. Que dicen no se da en lo privado. Mentira. Lo único es que se da entre ladrones que previamente han blanqueado lo sacado a otros, que de alguna manera admiten no ser suyo ni reclamable. Pero en lo público es más evidente. Porque el dinero es prestado, y el prestamista aún cree que le pertenece, aunque se conforme con las mentiras sobre cómo se gastó. Y la perogrullada es inevitable: cuanto menos dinero se destine a lo público menos se robará. Lo que equivale a que te lo robarán por lo privado. Es por lo que durante la transición no hubo apenas corrupción. Ni había dinero (ni por lo tanto esa familiaridad que da su confianza, que da asco), ni tampoco se pagaban impuestos. Es decir, los contribuyentes, menos que ahora, lo eran menos y no tenían suficiente conciencia de mantenedores. 
Y hoy está todo lleno de robados airados que no pueden robar, sea cobrando (sinónimo de trabajar) o sin cobrar. Y diciendo que no entienden nada de lo que pasa. Lo cual es malo. Y también algunos que lo entienden perfectamente. Que es peor. Aunque creo que el CIS está estudiando porqué el número de ingenuos está bajando escandalosamente y el de incrédulos sube como la espuma. Y que Abadía ha propuesto una revolución civil. Que sería el colmo del cinismo, recinismo, y la primera, pues todas hasta ahora han sido inciviles. A no ser que se refiera a la Benemérita. Y por mi parte creo que la mejor solución es, o ningún dinero o más, como antes, para satisfacer todos los ánimos de lucro, por pequeños que sean; pero no esto. Y para la descomposición social,  Primperán. A un euro por receta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario