Tango de la rive gauche
Dicen que si te conozco,
que cuente nuestros amores.
Que los cuente tu cuñada
que tenía los pantalones.
Me acusas tú de logrero
de tu amor, que no me caso.
El caso es que yo te quiero,
pero eso no viene al caso.
Ya no vivo más contigo
y así me ahorro fatigas.
Desde ahora te lo digo
tú en tu casa y yo en la mía.
A mí debieran de darme
por quererte como yo,
bocaítos en las entrañas,
y pinchacitos al corazón.
Y si me quieres tú camelar
haz cuenta que yo soy Sartre
y tú Simone de Bouvoir.
Los colores que me diste
la lluvia me los borró
y al salir el Arco Iris
por otros me los cambió.
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