Tengo la sensación de que este gobierno echa más impuestos que polvos. Y es que lo que más echo de menos en ellos (y ellas) es el sexo.
Y el caso es que la cosa prometía, con esa paridad más una tan suya, aunque lo que predominen sean las paridas. De todo tipo. Como si quisieran aprovechar los privilegios (guarderia, ayudas) de su estancia en el escaño, escañándose hasta la preñez, ya que estamos, y que no nos hacen mucho caso, y con otro mandato, dejamos a los nenes en primaria y apuntados a las actividades infantiles de la casta. Sí, ya lo creo que se puede.Que no creo sea eso. Ni tampoco el afán a quitapellejo inconfesable
que se les confiere por aumentar la población, tan achicada, y dar ejemplo en
la plebe, pues si no a ver quién va a mantener a tanto nuevo rico el día de
mañana. Y aún así sería de agradecer como muestra sexy de un gabinete por lo
demás tan apagado, estirado y anti sexista hasta lo frígido, tan anti morbo y
pro unisex, tan anti Hola, que ni bromas, ni rumores, nada para el Lecturas (y
al Diez Minutos ni agua). Ni un rollito, ni un affaire, ese vocablo putón
cosmopolita. Poca broma.
Fran, leyendo la cartilla la Yoli, durante su visita guiada. |
Es que no los pillas ni en bañador. Y van a First Dates, y los echan –bueno, y de otros sitios-, de puro siesos, que es idioma actual del tonteo, con todo tan prohibido. Ea, si lo más sicalíptico que tienen es a Garzón contestando un “nosotras…” a algo relativo, no a la carne, que eso lo tiene bien sublimado con su rechazo a la ternera, sino a cualquier otro consumible que nos consume y por los que él no acaba de consumar como ministro.
Y aún así esa parte contratante de la primera parte resulta ser la más sugerente del encame, aunque todos parezcan casados por ( y con ) la iglesia, y al lado de un Macron, un Boris y no digamos un Putin que podría muy bien acentuarse en agudo, son un colectivo, que dirían ellos, de lo menos lúbrico y de lo más adusto.
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