Como decía John Wayne -y perdón por el micromachismo- en aquella en la que mata a uno que le dispara sin más al despertarse de una siesta: “no se puede mandar a un chico a hacer el trabajo de un hombre”. De la misma forma que, hoy, no se puede dejar hacer a unas chicas la tarea que tantos años les ha costado a muchas mujeres. Y ahí está el resultado.
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