Aún no comprendo porqué los marroquís desembados en Palma, en vez de salir corriendo, no gritaron “¡Soy albañil, soy albañil! A estas horas, en lugar de en la cárcel ya estaban en una obra y asegurados. Pero, claro, lo mismo eran universitarios. O sea, como si fueran de aquí. Vamos, que queda claro porqué huían.
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