El gobierno ha decidido que si hay que sacar a Franco
del sarcófago, que sea en menguante.
El Supremo ya había tenido la dudosa idea de tirarse el pliego del Procès en luna llena, causa entre otras de cierta percepción –no necesariamente indepe– y ahora más consolidada del magistrado, sobre todo en comandita, como un apogeo de Nosferatus, todos ahí, firmando con la uña entintada en miasma una sentencia de lo más creativa, y no solo por sentar juris¿prudencia?, sino que además, de su letra emerge hasta un nuevo espécimen, el ICC, el Ilusionado Ciudadano Catalán, víctima (que no autor) de la engañifa de sus líderes, tontico él en manos de trileros y no de golpistas, pues el golpe, como al fin se dictamina, era de pega.
El Supremo ya había tenido la dudosa idea de tirarse el pliego del Procès en luna llena, causa entre otras de cierta percepción –no necesariamente indepe– y ahora más consolidada del magistrado, sobre todo en comandita, como un apogeo de Nosferatus, todos ahí, firmando con la uña entintada en miasma una sentencia de lo más creativa, y no solo por sentar juris¿prudencia?, sino que además, de su letra emerge hasta un nuevo espécimen, el ICC, el Ilusionado Ciudadano Catalán, víctima (que no autor) de la engañifa de sus líderes, tontico él en manos de trileros y no de golpistas, pues el golpe, como al fin se dictamina, era de pega.
Y el lío de ahora pues será un pinta y
colorea callejero para atraer a los turistas de los cruceros, la segunda parte
del Festival de Sitges como reality colectivo o una instalación otoñal
replicante de la Nit del Foc con cartonajes y plásticos en los pasos de cebra,
con los CDR como artistas invitados. Pura animación sociocultural.
Di tú que
lo sacas antes o después y al ir a trasplantarlo al Pardo (y eso que todas las
tumbas son pardas) se te tuerce, se cae el cepellón, se rompe la raíz, se
desparraman los huesos, lo que sea. Y adiós al Santo Grial.
Y Sánchez,
vampiresco bonvivant, no puede permitirse un reentierro fallido. Eso es peor
que Somalia. Y para eso está la luna. Y los lunáticos; quiero decir los
astrólogos, que alguno tendrá en la Moncloa en nómina. Los tiene todo
necrófilo, y a este vamos si le pone el tema. Los nazis los tenían. No por sexo
sino para invadir según el horóscopo y para buscar el Grial, que mira por donde
estaba en el Valle de los Caídos.
O sea, por política más que por religión,
pues si joder es la experiencia religiosa por excelencia, entrar en humanos y
salir divinos, como hacen los políticos en campaña, debe de ser de lo más
sublime, pues le han pillado tanto el gusto que ya no lo hacen cada cuatro años
sino cuando les sale del pijo.
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