Déjense ya de monsergas y díganlo claramente: la movida de Illa, la misteriosa, tan traída y llevada, solo obedece a una cuestión, por vergonzosa y vergonzante que parezca: que en Cataluña, como en tantas partes guais y molt honorables y desarrolladas, tampoco quieren de President a alguien cuya identidad sexual no sea la “normal”. Així estem.
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