No sé si es este año o el próximo cuando
se conmemora el 175 aniversario del nacimiento de Nietzche, que para muchos
resulta un evento de mucha celebración, sin duda, pues en efecto, el pájaro
decía cosas como ésta del Crepúsculo de
los ídolos: “El hombre que ha llegado a ser libre, y mucho más, el espíritu
que ha llegado a ser libre, pisotea la despreciable especie de bienestar con
que sueñan los tenderos, los cristianos, las vacas, las mujeres, los ingleses y
demás demócratas. El hombre libre es un guerrero.” Agua.
La frase, así a primera vista, es un torpedo en toda regla a la línea de flotación de cierta idea de convivencia, aunque si la pensamos mejor y la observamos con detenimiento..., bueno, pues también.
El pensador se pasó la vida inteletando un pensamiento con el que dar al traste con el invento merengado del parlamentarismo y no se cortaba un pelo en anunciar malas nuevas –que gran periodista habría sido– bajo el epígrafe La democracia es la peor mierda del corral, que luego mucha gente ha querido suavizar, retocándosela con eso de que es lo menos malo y tal, y de que se equivocó en muchas cosas, como, sin ir más lejos, en lo del bienestar de los ingleses, paradigma de la democracia en sus tiempos. Pero quién le iba a decir a él que en pocos años iban a aspirar –como todo demócrata de pro– a un confort hecho de ginebra, fútbol y viajes a Mallorca. Un fallo lo tiene cualquiera.
Despedida de solteras de hijas de la Gran Bretaña en Magaluf, o lo que ellos llaman un hen party. |
No, el hombre, hoy, es un guerrero dormido. Aunque no todos, pues los hay que, antes incluso de haber liberado el espíritu, o creyendo que ya lo tienen liberado (de hecho muchos de ellos son liberados, políticos, sindicales, etc), se libran en realidad de su espíritu liberando ciertos instintos y pisoteando a los demás. Y no dejan dormir.
Se trata de una resultante que los
exégetas del maestro posteriormente dieron en llamar nihilismo, una especie de
bilis que la vesícula de la libertad segrega para compensar su frustración y
que hoy abunda tanto en el organismo social. Un rebote que el filósofo tuvo al
percatarse de que los valores de libertad, igualdad y fraternidad propugnados
por el racionalismo de la modernidad eran un camelo y, defecando en la madre
que los parió a todos, declaró extinta tal época e inauguró lo que se denominó
posmodernidad, que lo único que tiene que ver con Almodóvar es la escena
aquella de Pepi, Lucy y Bom, del concurso de miembros, viriles por supuesto.
Por lo demás, sigue presente,
civilizadamente eso sí, en todo el existencialismo, el estructuralismo y otras
formas de explicar esta porquería. Pero de lo que más cerca está es del alma de
hoy, como un Pepito Grillo que la asesora con un soplo en sus creaciones más
modernas y productivas, los cybor, la internet, la robótica, la biotecnología,
la bolsa, el control político, las comunicaciones, etc, siendo la violencia el
efecto de un nihilismo creado para el bien, para liberar el espíritu de una
puñetera vez, según las multinacionales y el poder. Y pedir la pena de muerte,
otro acto nihilista. Sobre todo si no produce beneficios, cosa que hace ya en
las cárceles de pago de muchos estados, donde cobra otro sentido y por tarjeta.
De manera que, como colofón, se puede afirmar que, no es que el nihilismo se
extinguiera con Nietzche hace cien años, sino que se transformó en dos, el que
da dividendos y el que no.
Foto de familia del Euskadi Buru Batzar, todo dispuestos a ver cómo se reparten algún botín internacional (o de España) |
Para residir plácidamente en él, en el
bienestar de las vacas y demócratas, sólo hay que aprender a ir eligiendo. Y el
que quiera un máster, que se apunte al PNV.
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