En
un mes, palmo arriba o palmo abajo, tendremos aquí la NN, NiNi, o Nueva Normalidad,
que es el eufemismo con que se ha dado en llamar al régimen provisional (aquí
sinónimo de perpetuo) que viene.
Ello, en nombre de un estado democrático y de
derecho que estos barandas han desgastado de manosear, saliéndoles hasta guacheras de
tanto babosearlo, pero que en realidad han dejado en los huesos, por nuestro bien y
seguridad, claro.
Y es que si la democracia es hoy una pantomima, el estado de
derecho, con una justicia sin base tecnológica, nada preparada para el
teletrabajo, mediatizada desde arriba y más bloqueada que la sanidad, es la
próxima candidata a inútil para el servicio, o sea para garantizar que tanto
incumplimiento constitucional tenga los efectos pertinentes, en la segunda
crisis o recrisis que vendrá y se solapará con la sanitaria, económica y social;
y adiós muy buenas.
Así, lo del recuento de muertos propiciado desde este poder huele a cabreo, que los impresentables se han tenido que tragar como
un sapo, pero que, con la inoperancia a que se aboca la instancia en cuestión, saben que no pasará de
pataleo y que el pequeño Nuremberg que les podría sobrevenir desde ahí, por
malversación, irresponsabilidad, negligencia, abandono, auxilio indebido, y
medio código punitivo más, todavía se hace más dudoso.
Si bien, y por si acaso,
se van bajando de esa burra de equiparar esto a una guerra, también por temor a
esa costumbre de las postguerras de pedir los damnificados cuentas a quienes
las pierden. Aunque ese verbo no esté en la mente de estas lapas cuyo sueño de
nuevo Mundo Feliz consiste en un estado de alarma permanente y un igualitarismo
buenista, urbanita y de un polpotismo limosnero.
Pero tampoco renuncian a la
guerra misma, que más que cultural ya es civil aunque sea por lo oral, contra la disidencia, la
crítica y la resistencia, ahora antipatriotas, enemigos y saboteadores
mentirosos de los coronabulos, no en vano está en juego otro gran fiasco a la
vista y que pretende acallar toda discordia: la Gran Reconstrucción –más
lenguaje pseudo épico-maoísta-. Por supuesto, sobre los muertos. A sobrevivir
pues, que no nos podemos perder esa película.
No hay comentarios:
Publicar un comentario