La consigna de la apertura de la NiNi o Nueva (sub)Normalidad, es “Hay
que salvar el verano”. A toda costa, o campo, con permiso de las chicharras,
que tan bien estaban ellas ahí, dándole.
Salvar al soldado verano, esa es la
orden, que si es por salvar, que se encargue Tele 5 (con el mando te la hinco),
que cuenta además con el extra de Jorge Javier como gran adalid del
antifascismo queer. Aunque, si JJ es el nuevo guía contra el fascismo,
entonces, ¡Sálvame!
Y es que ahora todo es así, de obligarte a elegir entre lo
malo y lo peor. Como vivir pobres o morir ricos, he ahí el dilema hamletiano
del momento. O elegir entre Sánchez
e Iglesias, que me recuerdan el adagio de aquel que le mordió una víbora, y decían:
¿Sí? ¿Y qué pasó?. Y el otro: nada, una pena: como no encontraron el antídoto,
la víbora se murió enseguida.
Y es que entre ambos han llevado más gente a la tumba que Mae
West a la cama. Que también podía haber sido a la inversa, ya que la política,
con un virus en condiciones, produce un cóctel que no sólo puede hacer extraños
compañeros de cama, sino también de tumba. O
de calle, que en estos días, con el muerto al hoyo y el vivo al minuto de silencio, es todo un cenotafio, solo ocupada con las quedadas
mortuorias con cita previa de los duelistas retroactivos con permiso
gubernamental (y si el tiempo no lo impide).
Todo un ejemplo de cómo han cambiado las
pestes, o los tiempos, o sea, las pestes, pues si en la del Quattrocento, se
produjo lo que los historiadores llaman una desocialización socializante, ahora
hacia lo que vamos es a una socialización desocializante, o sea, a la
exacerbación del individuo frente a la sociedad, identificada en el estado. Más
enclaustramiento, cerrazón y relacionismo de chichinabo.
La prueba es esa caída
de la confianza en la sociedad civil, la que se supone libre del covid
político, desde el 60% al 40%. En dos meses. Vamos, que no nos fiamos ni de
nuestro meñique. Y eso, en plena Operación Bikini. A ver, con este panorama,
cómo (ni para qué) nos vamos a meter el del año pasado, con las tetas que hemos
echado en el confinamiento. Que baje JJ y lo vea.
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