Zootecnia aplicada, entrada 19
…Erradicada la cría por
separado, se habían eliminado la agresión, la inadaptación y la alteración del
aprendizaje y la percepción, y aumentado la autoestima, la dedicación y la
valoración social entre castas, que los hacía cada día un poco más rentables.
Instalados sobre el pilar del orgullo por sus bíceps y pechugas, habían acabado
con el ego perfectamente engominado por el gel de la confianza. Y así, mientras
en remotos lugares, las hembras primerizas, lacteadas con potingues de
farmacopea, se seguían negando todavía en un 90% a lamer y reconocer a sus
crías recién arrojadas al mundo, acá se maternizaba a generaciones enteras de
castrados hasta una edad tal, que iban al matadero pensando que sus madres los
habían inscrito en un campamento chachi. Y mientras se dejaban caer hacia las
tolvas de pienso, pensaban en dos cosas: que la felicidad estaba en camino y
que ellos, también. Total, que a tragar, que son dos días.
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