Bamberas del (no)soldado (des)conocido
Si un día vas
a París,
en el Arco del
Triunfo
a mí no me
pongas flores
como soldado
del mundo.
Porque yo soy
insumiso
y yo no voy a
morir
tirando a los
corazones
con un maligno
fusil.
Hago de mi
vida un sayo
y una espada
con mi huerto;
la ilusión es mi
retallo
floreciendo
entre los muertos.
Soldadito
solidario
hecho de
juzgado y cárcel,
a reunirme
contigo
a mí me llama
este cante
y con tu voz
vigilante,
alerta,
alerta, testigo
tú seas,
siempre delante,
y tu
conciencia, el camino.
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