sábado, 14 de diciembre de 2019

Ficciones y contradicciones. Contribución a la crítica de la ecología política (para un planeta más justo, naturalmente). Post-it 21


ARCHIVO DE ÍNDEX. INSERTO 327199287-0988N
BESTIARIO

CLASES MENESTRALES: Pavo

De céreo instinto con cojón y medio de alharaca vanidosa, impulsa al vapuleo bien por impacto o por torsión del granulento gaznate de este por increíble que parezca ahijado de Afrodita.
Según parece, cuando Epimeteo vino a repoblar la tierra, no lo hizo solo. Entre sus servidores había un bruñido centinela del que quedó prendada la fogosa Venus, ungiéndolo con sus dones. Un mediodía, cansado de la faena, se echó a dormir bajo un tamarindo y empezó a soñar guiado por la incansable Ilitía, parca cojuda del deslumbramiento. Pero al calor, le picaron los mosquitos en el cuello y en la calva con tal furia que despertó malhumorado dándose manotazos y rascuñadas. Ya calmado, se le abrió la boca y emitió  un deseo que de puro estúpido se volvió conjuro:
– Me comería un pavo; me lo pide el cuerpo.
Y nada más que por eso, se convirtió en tal.
Epimeteo, sin saber qué hacer con él, se lo llevó a la Venus, asustada al creerlo un vástago de gorgona u otro alienígena atragantado. Pero al pasarle Epimeteo la mano por su calva de glutamato y buena persona, ésta lo admitió. Que le hizo gluglú, vamos. Y un día, en uno de sus tencontén con Zeus en el repeso, cuando al ir a pesar éste en Libra el manojo de perejil del Olimpo cogido para mejorar sus erecciones, al ponerlo en el Zubenelgebunubi, su platillo del bien, el pavo saltó al del mal o Zubeneschalami, al caérsele la gavillica, el pavo se la papeó en medio de un tremendo cabreo de Zeus, que desarrolló un tardopriapismo subsidiario de segunda, ante la risueña Venus, maldiciendo al pavo por toda la eternidad a ser embuchado y relleno para dar gracias por cualquier causa. Desde entonces se tiene al perejil como dudoso y poco homologado tentempié. Casta pues de moco tendido tirando a pellejudo y poca monta, aunque esto último es discutible.


jueves, 5 de diciembre de 2019

Menos es ná


A mí me habría encantado que todos los participantes en la cumbre del cambio climático (o Clímax), y no solo la nenica, hubieran venido en catamarán y no en clase bisnes, así, en plan regata Virgen del Carmen, todos, ahí, en rogativa a ver si para la calor. 
Pero, bueno, han hecho muy requetebién en acudir a Madrid, que no solo es lo más cercano al nuevo infierno que nos anuncian los actuales Nostradamus (pues de Madrid, al cielo, ¿no?), sino también el paraíso del tripeo, que quisiera yo verlos ante una cazuela de callos, a 12 pavos, no te creas, que en la villa y corte tiran con pólvora del rey –aunque estos llevarán sus dietas, que ahora es la munición del nuevo revolucionario–, y les expliquen que son las vellosidades digestivas del rumiante –de otro, aparte de ellos, quiero decir–. 
Seguro que a más de uno de estos Savonarolas del oraje le produce un doble placer, el de zampárselas, y el de la venganza, pues en esos tejidos es donde se fabrican todos los pedos vacunos que, también, infestan de gases invernadero la estratosfera, a un precio ídem, por cierto. Y si alguno es flatulento, hasta tres placeres, pues los callos se las traen. 
Y es que cualquier ecologista tiene su lado zen que le invita a cortar pescuezos de pollo, o de lo que sea, y estos supongo que lo serán, aunque entre ellos haya más de un intruso que solo haya venido a degustar algo, que es el yin del turismo, como el cogote de merluza, por ejemplo, u otros al fornicio, que es el yan. Y no hay yin sin yan. 
Aunque también cabe que, como fanáticos de un mundo mejor, veganos, animalistas y demás, les interese sobremanera profundizar su conocimiento alternando con esas mujeres rurales que dejan vaciado el campo y lo que sea menester cada viernes, para ir a gastarse al foro la subvención en la zona de tardeo, que a estas horas ya sabrán todos los participantes dónde para. 
Si bien ha sido un fallo de la organización no llevarlos de excursión al Mar Menor estos días para que vean in situ de lo que hablan. Incluso a echar una mano, para que la solidaridad no sea solo una palabra. Eso sí, con unas buenas katiuskas. Pero menos es ná.

miércoles, 4 de diciembre de 2019

Normas para formar gobierno


Guárdate de falsa vieja y de risa de mal vecino.