jueves, 28 de octubre de 2021

La catalítica

 Los capullos estomagantes esos que, de hito en hito y vez en cuando, se reúnen en el parque jurásico de la ONU, para ver cómo va lo suyo (que no sé si es lo nuestro, o sea lo del cambio climático, la moto de Kioto y tiro porque me sale del…), acaban de hacerlo de nuevo, lo de darse un garbeo por N.Y. y comerse de paso algún colín a expensas del presupuesto, y con video de dinosaurio incluido han emitido su homilía anual libre de humos sobre la emergencia climática, que no se la cree ni la reina madre, la auténtica y con bolso de mano (por Manitú). Pero para emergencia climática la que vamos a tener este invierno por tierras de Don Sancho, que nos va a aplicar lo que se dice el sanchismo catalítico. 

Hasta aquí muchos creíamos que el sanchismo era un negocio electoral que utiliza un imaginario nostálgico de la izquierda como mercancía y trata a los electores como vegetales. La peor versión pancista –y que perdone Sancho Panza por asemejarlo a semejante mamarracho– del estadista que como libro de cabecera baraja –y que ahora me perdonen todos los Marx– solo el manido chiste marxista de los principios, aprovechándose de esa enfermedad tragiespañola veletera de celebrar alternativamente al perdedor o al ganador según convenga, que hace que sea cierto lo de merecer siempre lo que tenemos. 


Lo cual no sé si rezará para el frío. Porque, de tanto echarlo de menos con el efecto invernadero, este año, haga o no haga, lo vamos a pasar de lo lindo, escasez de calefacción mediante. 
Y es que vuelven los dichosos, fragorosos y del todo inflacionados 70, la década calenturienta y con tiritera, inaugurada con Filomena, ¡uy, qué frío! 
Hasta aquí creíamos que eran los felices 20. Pero lo del gas los adelanta 50 años, y nos atrasa otros tantos a nosotros, porque, atención, vuelve la catalítica, aquella estufa económica de butano y salita, tan portátil y peligrosa como un revólver, en la que algunos lograban hacer café y hasta asar castañas. Y con ella los 70 (y yo con estos no pelos), cuando aún no éramos electores, pero sí vegetales y arrecidos. Y es que, por decirlo con un éxito de entonces, la vida sigue igual, a veces de mal. Argelia, ampáranos, que este nos infla.

Galgos o podencos

 Como sigan así, la reforma laboral se la van a aplicar, pero a ellos mismos. 

Pensando, pensando

 Mientras la izquierda se piensa Madrid, la derecha se lo pasa por la piedra.

jueves, 21 de octubre de 2021

ANIVERSARIO

 Una de las aportaciones clave de la prensa tabloide fue que por fin se podían leer las noticias con una sola mano, lo cual la hizo mucho más sexy. Había que practicar, pero sí se puede. 

El siguiente paso lo dieron los ordenadores, al facilitar aún más las cosas, pues prácticamente puedes degustar con el manos libres cualquier información y retozar de placer, como un guarín mismamente, en la sección de política por ejemplo, de una forma que sacaría de su órbita los ojos de un salesiano, lo que se dice enojonado, y sin miedo a su palmeta. 

Lo único es que, como tienes que manejar un ratón con la mano buena, la libre siempre es la tonta, y eso quita posibilidades de celebrar como se merecen las andanzas orales de los anales políticos, siempre de muy bajo instinto y peor prosodia. Máxime cuando ninguno de sus interfectos, aunque lo suyo sea de risa, se digna seguir el consejo de George B. Shaw, “si deseas contar a la gente la verdad, hazles reír o te matarán”. Que lo que es matarlos, como no lo hagamos de la risa que les damos… 

¿SERÁ COSA DEL VEROÑO?
El resultado pues, es que, como en toda historia de amor a plazos, has de renovar los votos (no votar, que es otra cosa) y buscar, no solo nuevos estímulos para el reenamoramiento del presente, y no me refiero (solo) a diversificar más allá del ‘misionero’ como pose vital –ya se sabe lo que dice el poema popular japonés: así es la vida, siete veces abajo, ocho veces arriba–, sino a superar los seguros bajonazos, la traidora desmotivación y el desamor garantizado del poco shakespiriano teatrus mundi de los ínclitos, que te deja morcillona hasta el ánima. 

Hubo un tiempo, cuando entonces, en que la prensa era viagra, y hasta los políticos eran más graciosos, quizá por si se les cumplía lo de Shaw. Pero hoy es un buen día. Se celebran diez años de la derrota de Eta. Se acabó. Ya no hay infamia, ignominia, odio, dolor, miedo ni cobardía, los frutos de lo sembrado que aún gobiernan. Y es normal que un lector como yo, que está para el sexiatra, al ver tanto alborozo, se le vaya la mano inconsciente hacia lo innoble y, sin querer, esgrima, uy, que palabra, una vieja sonrisa vertical.

lunes, 18 de octubre de 2021

Confusión

 Pero qué es lo que va a abolir Sánchez, ¿la prostitución o la Constitución?

Última hora

 El gobierno baraja una solución definitiva (o casi) para Puigdemont, metiéndolo en la próxima temporada de Masterchef celebrity.

La cobertura.

 No teníamos bastante con la pandemia del virus, que ahora tenemos la palmedia del volcán. ¿Qué hará la tele cuando nos cague la moscarda?

jueves, 14 de octubre de 2021

Agua va

 Afirman los expertos que por más diluvios que nos caigan encima, aquí lo único que está asegurado es la falta de agua, por al arraigado vicio de usarla como el culo. Amén. Aunque habría que ver también a los expertos ducharse o lavar al perro. Pero, bueno, procedamos. 

Algún peloto lúcido ha tomado conciencia, y una empresa bonvivant de la subvención de la cosa, emite ya un anuncio, para reeducarnos, en el que una lerda por rutinaria mamá descarga el chorro del grifo sobre los platos tal que si fuera la nuera de Noé, y va la hija, muy al loro y al día, y le endiña una reprimenda que pa qué, afeándole la derrama, y la deja a la altura del betún, la lista, en vez de ayudar a su pobre madre, que se queda como al que le devuelven mal de un billete de 50. 

Ya se sabe, las nenas son ahora la autoridad. De ser un niño, algo improbable, y menos mal, quita, quita, ya lo habrían acusado de represor, de acoso edípico y maltrato hidráulico, como si lo viera. Y eso pasa por poner de paradigma de lo tonto, atrasado y negativo a las amas de casa, uno de los iconos de lo viejo más vituperados por los modernos/as, en especial por el neofeminismo, quizá por las prisas en querer distanciarse de sus orígenes, y de los favores recibidos en ellos, y tan denigrantes para el radicalismo sin raíces. 

Así es que, la publicidad, esa fábrica de ideología disfrazada de autoayuda, las utiliza como el peor tópico, incluyendo entre sus labores las propias del malgasto de agua. No a los regantes, ni las eléctricas. Aquí quien tira el agua, jode el planeta y practica el negacionismo climático son las amas de casa, con sus lavadoras y sus duchas anti menopausia. 

Y alguien ha decidido que ahora, en vez de estar todo el día lavándose la cabeza, se les lave el cerebro –sus hijas ya lo tienen blanco–. Y el resto, que tome nota. ¿También los ayuntamientos? Mira por donde, son los que más la dilapidan, en céspedes absurdos, en riegos obsoletos e incontrolados, perdiéndola en averías, tirándola a la calle, o directo a la alcantarilla. Como poner al zorro a guardar gallinas. O como si los asesorase El Pollo Carvajal. También en esto.

Vendimia

miércoles, 13 de octubre de 2021

Política energética

 Lo de Carmona demuestra que la única oposición coherente a Sánchez es la de Iberdrola.

jueves, 7 de octubre de 2021

Extraños

 

Cuando yo era joven, el Partido Comunista ya era viejo, pues si ahora cumple un siglo, por entonces casi era cincuentón. Pero aún peor: era un extraño.