El mundo, más que un
pañuelo, es un anuncio. La publicidad es Dios y las redes sociales su profeta
–o probeta–; un merdasquero universal donde todos picoteamos como abubillas.
viernes, 30 de junio de 2017
jueves, 29 de junio de 2017
Soy minero
Hay personas que son una mina. Y no precisamente una ganga,
sino con mucha de ella, al ser el material propio de las bagatelas, y que no
merecen la pena, o la mena (que es la parte buena de cualquier mineral), y sobre
todo mucho grisú, que es lo que nos hace explotar a los que habitamos la puta
galería, a la postre casi todos.
sábado, 17 de junio de 2017
Letras p'al cante: tonás
Incredulidad
Yo pensé que
era pobre
y era
pudiente.
Y mi único
tesoro
era tenerte.
Ay, que mi
dolor ya no tiene
ni huesos ni
carne
donde hincarse
más ducas
que vengan a
molestarme.
martes, 13 de junio de 2017
Cinematontunas: sigue tu destino, Katy
María Cristina Estela Marcela Jurado
García, Katy Jurado hasta hoy,
jalisqueña de armas tomar, fue la primera hispana nominada al Oscar por La lanza rota –en la que sustituyó a
Dolores del Río, vetada para la misma por represalias acusada de comunista en
plena era macarthiana–, aunque el premio al final se lo darían a una rubia –¿otra
represalia?–, a Eva Marie Saint, por Nido de ratas. Como la vida misma.
En su
caso, no se cumplió ni lo de a la tercera va la vencida, pues era su tercera
película en Hollywood, ni la supertición del mundillo de que al haber recibido
el Globo de Oro, el premio gordo sería el siguiente.
Hija de una familia de
la élite mexicana con ínfulas que iban desde la política a la farándula, fue descubierta
en plena adolescencia por Emilio Fernández para la posteridad, si bien para el
mito lo sería por el director Budd Boetticher y John Wayne, que la vieron en una corrida de toros cuando ella ejercía de
crítica taurina –con lo que se ganaba la vida en USA, además de columnista de cine y periodista de radio–. y el director no perdió tiempo en
invitarla a su próxima película, The Bullfighter and the Lady (Tarde de
toros, 1951). Y así fue como Stanley Kramer y Fred Zinnemann, al verla, le
pidieron su número a Boetticher para llamarla para Solo ante el peligro, que haría sin saber apenas inglés, y por la
que recibiría el Globo.
Para llegar hasta ahí, la mujer, jalisqueña
de pro, se había tenido que desembarazar, primero de sus padres, que no
aprobaban su carrera, y luego de su esposo, el aspirante a actor y a escritor Víctor Velázquez, con el que se había
casado a los 16 añitos para sustraerse a la jurisdicción familiar, con el que
tuvo a sus dos hijos y con el que permaneció hasta 1946. Y así fue como la actriz que quería hacerse un book en
Hollywood solo para ser la más grande de México, acabó siendo su mayor icono norte
arriba y una grande del cine racial de La Meca del Cine. Si bien ella lo que
pensaba era que "Las
mujeres pueden tener una carrera, pero la verdadera carrera es ser una mujer.
Es hermoso ser una mujer y dar a luz." Sobre todo si es la luz del cine,
claro.
domingo, 11 de junio de 2017
viernes, 9 de junio de 2017
Superlápida
La mentira, que una vez
fue un medio liberal de comunicación, se ha convertido hoy en una más entre las
técnicas de la desvergüenza con cuya ayuda cada individuo extiende en torno a
sí la frialdad a cuyo amparo puede prosperar. T.W.Adorno
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