A nuestros líderes –bueno, a los vuestros- les ha dado por adularnos piropeándonos como clase media, para camelarnos y, haciendo como si fueran uno de los nuestros (y muchos darían bien en una de Scorsese), los identifiquemos como Cosa Nostra y les compremos la mercancía para que su caja registradora siga sonando.