Obviedad

 El 4 de mayo es Santa Mónica. Y lo sabes, Gabilondo (que fue fraile antes que candidato).

Bananas

El Psoe admite que ha gestionado mal la estrategia de llevar a los votantes a los polos. Y es que a ellos siempre se les ha dado mejor el trópico. 

Centrados

 En 2020 China dio otro Gran Salto Adelante como primera potencia, yendo más gente al cine que en USA, ya sea por ser más peliculeros que los gringos, o porque las vidas de estos ya no son de película, y ésta la tienen montada pero en la calle. 

Como aquí, donde la pandemia ha sido el descabello del llamado bienestar epistémico, o sea, la necesidad humana de desentrañar el mundo para llegar a cierto saber aquilatado. 

Por contra, la infodemia, esa maraña verosímil e interesada de la postverdad, indescifrable para el receptor medio, tan aislado e inerme, desconectado hasta de la prensa local, precaria y desvirtuada pero más esencial hoy como anclaje mínimo del mundo más inmediato, lo ha vuelto incapaz de discernir del brozal alguna certeza que no sea manipuladora y llevadera, dudando, no solo de lo que dicen sino de lo que uno piensa. Y tan alienante es no creerse fascista por ser de izquierdas como creérselo porque te lo digan. 

Y lo peor no es que esa peli sea solo la última reedición del cuento del lobo, otro capítulo de la guerra cultural en la Red, en el brozal, con que unos y otros dirimen sus luchas de poder. Ni siquiera que la amenaza fascista (real desde hace un siglo), banalizada con hashtags, se convierta en el contrafake igual de trivial que el de la agitprop que la puso en circulación para dar alas al clicktivismo, esa enfermedad senil del izquierdismo de hoy cuya revolución consiste en subir “cosicas” y demandar unos merecidos likes con los que los seguidores se supone apoyan esa toma diaria del Palacio de Invierno. No. 

Los tres extremos

Lo peor es la corriente que sigue subyaciendo a todo eso, y que es pretender que la democracia es equiparar a Vox y Podemos, a los “totalitarismos”, y votar y seguir el status quo, la corrección política, el stablisment, el pensamiento único y los inmovilismos. La perversa equidistancia, la de centrar a la gente, como si los extremos no fueran también algo nuestro, con esos dos mastines imaginarios para dirigirnos al redil y pasar por el aro para seguir en el mejor de los mundos, ese tan plural e hiperinformado, pero a la postre tan de mentira y sectario como siempre.

Ajenos al mal

 Maroto: “Todos los demócratas estamos amenazados de muerte”.  Vaya, y toda esta gente aquí, en la terraza, tomándose el desayuno tan animados como si nada. Pobres fachas, no saben que puede ser el último.

Anuncios

 Ha sido anunciarse la llegada del fascimo –y van ya...–, y oye, como que se ha acabado el Covid, y hasta las vacunas empiezan a hacer su efecto. Solo se mueren ya en Perú e India. Porque no tendrán un buen fascismo, será. 

Teorema de Protágonas

 Campaña electoral más campaña de vacunación, igual a fascismo.

El gatuperio

 El resultado de la liga carpetovetónica de anteayer fue, Rociíto, 1; Debate madrileño, 0. Lo cual demuestra de nuevo que el melodrama interesa más que la tragicomedia, que nunca ha acabado de cuajar aquí salvo en la vida real (zarzuelas aparte). 

Letras pa'l cante: alegrías

 Mitoalegrías

Tirepatrás, tras, tras, (bis),
tirepatrás, tirepatrás, 
ay,ay, ay, un poquito más patrás.

Que por ser hijo de Hera, 
diosa envidiosa y total, 
tú eres dios de los metales 
que te sacaron del mar. 

Y como eres en Efesto,
cojo y feúcho 
y algo blando de aldabas
y algo tontucho, 
y algo tontucho, tío, 
y algo bandarra,
Venus y Adonis pusieron 
con huesos en tu frente 
como te llamas.

Qué mal lo llevas
que te echen mal de ojo
a manos llenas.

Cómo se puso Ulises,
cómo se puso,
en Puebla de Cazalla
con los anises.

Si no fuera por tus ojos, 
que encandilan el camino
iría por la vida a tientas
tropezándome contigo.

Mañanita mojada, 
no quiero verte,
que me sobran mis carnes
para quererte.

Tropezones de fresa,
fresas con nata,
con besos de tu lengua 
te hago la cata,
la cata, niña, chica, 
niña, tu cata,
tú con mis labios, niña, 
vas que te matas.

No sé qué tiene (bis)
la policía,  que me detiene.
No sé qué tiene (bis)
el flan de huevo, que no se sostiene.

Denominación de origen

 Reyes Maroto, ministra de algo, ayer mismo, se refirió a España como "el conjunto del territorio". Yo no sé si será analfabeta, pero al fin sabemos lo que somos: un solar. Y el conjunto que nos gobierna, pues los hijos de...l solar.

Fiesta

 Yo no sé si saldremos mejores de ésta; lo que sí saldremos es más salidos, válgame la redundancia. Mucha gente está arreglando las casas para después, por si acaso.

Nueva normalidad

 Sánchez avanza que con las ayudas europeas se primarán las reformas en las casas. Es lo mínimo, habida cuenta de su ideal democrático: el arresto domiciliario.

Postdata:  Los montajes con lo del estado de alarma ratifican que el estado de derecho es lo más parecido a un cohombro.

Anguita

 En esta vida te enseñan más los malos, pero de quien aprendes de verdad es de los buenos. Y las palabras de Bono sobre Anguita me lo ratifican.

Que vuelva Peter Sellers

 Estoy ansioso por ver la vigilancia en la orilla de las playas, por donde van en procesión los caminantes (que necesitarán mascarilla), mezclados con los que se levantan para ventear el tostadero (que no, en teoría), los que entran y salen del agua (que no), los niños que barrilean por entre medias (que no), los que venden baratijas (que sí), los perros (que no). ¿Se crearán brigadillas playeras? ¿Irán de uniforme o disfrazadas de bañistas? ¡Ohlalá, la Pantera Rosa ataca de nuevo!

Alicia en el país de las criadillas

 Cuando Alicia Roca llegó a su Juicio Final, aquello estaba hecho unos zorros. Un bedel joven con un pendiente, sacado de la lectura de Suetonio, le abrió la puerta y le franqueó el paso aburrido de vulgaridad.

– ¡Pasa, pasa, Alicia, estás en tu casa, sin miedo, que esto nos lo mamamos en un santiamén!

La mujer que así la recibía, lustre de alabastro y belleza pálida de sedal, saltó sabaneando su túnica vainilla desde una de las diminutas sillas de la estancia infantil y se plantó ante ella abrazándola y soltándole dos besos, sin dejar de hablar:

– ¡Qué monada de chica! Déjame que te vea... Hum, buena alimentación ahora allá abajo, y no como en mis tiempos. Una pena lo tuyo, pero ya verás que aquí tampoco se está tan mal. Nos lo vamos a montar teta...¡ y tú, humo!

El ordenanza masticó algo, asqueó la boca y masculló, “Mujeres... Estamos apañados. Ah, si yo volviera a morir...”. Y se fue.

– Mira, éste es Gabriel, mi segundo –se volvió para presentarle a uno algo huevazos en el que Alicia casi ni se fijó, tomando nota en cambio del moño trenzado trampeado con redecilla de percal azur de María–. No sabes la potra que tienes. Si llegas a venir hace unos siglos, la habías cagado, tía, porque yo aquí sola toreando con todo el equipo machuno, ya me contarás. Menos mal que pudimos rescatar a éste del ostracismo y meterlo de ayudante. Le dicen de todo, pero él pasa –proseguía jovial, llena de savia, causando pasmo en la recién llegada–. Pero niña, mueve, que estos nos la meten en cuanto nos descuidemos. Bueno, éste no, éste es de confianza. Aunque no creas que tenemos tantos, el Roque, el Sebas y pare usted... Pero nos vamos haciendo con un buen plantel de apoyo con los que van llegando, sobre todo mujeres. Los tenemos bien puestos, no creas. Bueno, y en tu caso, se van a enterar. Si ellos quieren ejemplificar, nosotras, no veas...

– ¿Nosotras?

Inquirió ya algo embarazoso San Gabriel, por alusiones y vocabulario.

– Bueno, es un decir. No te mosquees. Y tú estate al loro, querida. Haz un poquitín de martirio, pero sin histrionismo, y el resto me lo dejas a mí, que el Perico este hoy se entera...

– ¡Pero María...!

- Es que me tiene... ¡Es un cáustico...! Ya lo verás.

– Querrás decir casuístico...

– ¡Quiero decir lo que me salga de...! Bueno, vamos a dejarlo. Y tú hazme caso, que éste, muy buena persona pero los cromosomas son los cromosomas. Una cosa que en el cielo..., pero ya ves tú, aquí, también. Nosotras, a lo nuestro, porque lo que te han hecho, eso no tiene nombre. Y en último caso, podemos recurrir, que ya sabes lo tontos que son ellos con eso de que una madre siempre es una madre...

La interrumpió una breve llamada  a la puerta. Dio un suave codazo al bazo de Alicia y le hizo un gesto de “ojo”. Y un viejo robusto, casi cuadrado, algo cárnico, mediano, entrecano y barbudo y con fraudulenta pinta cansada, pasó como sin controlar, masajeándose el estómago, con un palillo en la boca y una queja de acidez en su cara. Siguió de frente, subió a la tarima con un gruñido y se sentó a la mesa sin hacer puñetero caso de los presentes.

De marlaskadas

 Cuestión de orden: ¿Por qué a los presuntos maltratadores se les aleja de sus víctimas y a los asesinos convictos se les acerca a ellas?

Cambio cultural

 

Lorca: La casa de Bernarda Alba

Tele5: El chocho de la Bernarda