Incluso en tiempos tan horrendos
laboralmente como estos en los que prima la afirmación de Don Vito, “me es
indiferente cómo se gane nadie la vida”, sigue llamando la atención lo distinto
que se habla según qué ocupaciones, pudiéndose observar en el lenguaje un
acentuado toque clasista para categorizar los oficios, clasificándolos según no
sólo sus posibles gratificaciones, algo admitido por todos y que se hace
abiertamente, sino también por cómo se accede a ellos, algo que en su misma
enunciación ya se expresa del modo más “inocente”, delatando así el empeño
creciente por acotarlos, delimitarlos, valorarlos, calificarlos e incluso
juzgarlos al mismo sacarlos a la palestra.
miércoles, 14 de mayo de 2014
martes, 6 de mayo de 2014
El dedo en el culo
Si he de ser sincero,
y sin afán de sentar precedente, a mí, lo del apagón de los canales digitales
me la suda. Entre todos no emitían ni treinta minutos diarios de algo visible.
Antes, aún veía alguna película en la Sexta 3.
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