Cuando la lava llegó al mar, el IPC, ese otro dinosaurio de nuestra época, todavía estaba allí. Y subiendo.
Cuando la lava llegó al mar, el IPC, ese otro dinosaurio de nuestra época, todavía estaba allí. Y subiendo.
Ahora mismo somos otra Pompeya. Un mini volcán ha bastado para sepultarnos aún más en la distracción desolada de los problemas reales –el volcán es uno más–, bajo esa lluvia de ceniza tóxica del sensacionalismo disfrazado de valiente directo del plató trasladado al punto G de la tragedia.
Reyes Maroto solo es una víctima más de la anglificación de todo, y cuando entró en la political party nadie le diría que lo de party era más por partido que por fiesta. O igual sí. Míatú.
En sus repalandorias contra la socaliña de la luz, o sea contra el gobierno, el gobierno ha hablado, y con razón –aunque llevar razón hoy día no es mucho más que llevar reloj–, del exceso de iluminación de las ciudades, de su malgasto (¿de las ciudades?),
La extrema derecha no llegará al poder: ya está. Lo de la luz, por ejemplo, es puro fascismo. O casi.
Proezas de la política. La velocidad de la luz ya no se mide en kilómetros por segundo sino en kilovatios por euro.
Apenas si sabemos algo de la locura, y sin embargo los locos lo saben todo sobre nosotros.
Anoche soñaba yo
que era el agüita de azúcar
de una raja de melón.
Vine a verte el domingo
y te habías ido.
Al culto, me dijeron,
y eran las cinco.
A las ánimas en pena
les van poniendo velones;
regalaíto mi cuerpo se consume
como la cera con las calores.
Me tiraste un mandamiento
declarándome en ruina
quitándome de tu cuerpo.
Escribe en las paredes
de tu vasija
la curva de mi pétalo
versos de tiza.
Qué cuenta se me da a mí
de vivir a la intemperie,
que si tú ya no me quieres,
qué más da ni que más tiene.
Pregúntame si quiero
que tú me quieras.
Respóndete tú misma
y así lo aciertas.
Vengo del híper, vengo del híper,
con doce cajas cargás de bíter.
Decía Benjamin E. Mays, el cerebro de los derechos civiles en USA, que todo el mundo ha nacido para hacer algo único y especial, y si ellas o ellos no lo hacen, nunca será hecho.
La Ley Castells primará la contratación de mujeres en la universidad.
Pregunta: ¿Acaso las mujeres enseñan más?