jueves, 21 de noviembre de 2013

El sofrito


Un estudio universitario y clínico catalano-madrileño (era de temer, se veía venir) ha llegado a la conclusión de que el sofrito puede ser clave para una vida larga y saludable. Pero eso sí, el de bote.

jueves, 14 de noviembre de 2013

Putas, cabrones y clips de video


Las putas han vuelto de la mano, es un decir, de los Cabrones. O más bien de su pluma, pues es un manifiesto, conocido en francés como de los susodichos, el que, en el más puro jacobinismo galo, las reivindica contra la hipocresía (y el feminismo de falsete) como un bien social. Una provocadora boutade digna de enrobinados burguesetes monjiacamastrados, pero que indica el calentón que padece (es un decir) o por el que atraviesa (otro) el occidente más desembragadoEl último grito, para unos de gozo y para otras de dolor, del proceso en marcha que primero desveló el sexo, luego lo despenalizó, más tarde lo despecaminizó, al final lo hizo lúdico y ahora lo quiere convertir en deporte obligado, incluso para viejos, a la vista del tai chi que muchos se traen con él, sea a lo vivo o (los más) en Internet, consumiendo tal cantidad de clips, y tan cerca de la pantalla, que los van a tener que operar de la retina, de algún cipotazo. Cosas de la erectrónica, más viciosa que virtual. 
Y que son los mismos que corean a los políticos más chotones cuando prohiben el putiferio callejero, o cuando animan con sus cursillos de redención (a cuenta de los impuestos) a sus aficionados más arquetiparracos para que vuelvan al buen camino; o que aplauden como emprendedor al que pone un prostíbulo, y a la vez denigran como emperdedora a la belle de nuit, o la pecaria que se establece como autónoma, aunque sea en negro. Como reza el dicho: de día no veo y de noche me expulgo.
En esto, los cabrones llevan razón. El cuerpo es ahora la máxima expresión del hombre, su mayor valor, y consumirlo, consumir otros cuerpos, de marca y competitivamente, como un deporte más, anula de hecho el tabú del sexo, y la sexoadicción global, como toda patología que al generalizarse se vuelve signo de salud, indica el status, y en las mujeres es muestra de integración, o al menos de paridad, siendo su moneda de cambio. Estar à la page (o a la paja, si viene a mano), esa es la cuestión. 
Aceptado pues como valor de uso, porqué no hacerlo capitalista de una vez y darle un valor de cambio (o de mercado) como otra mercancía. Al fin y al cabo es lo que somos: un doble fetichismo, el de nuestro cuerpo y lo que representa. Una filosofía agravada con otra, la de los que no lo aceptan y lo combaten. Vale. Solo que, mientras llega la liberación, o el mercado, el coste (como el costo) siempre sale caro. Y, oye, estamos en crisis. 

viernes, 8 de noviembre de 2013

La consulta


En Cataluña se están liando con la dichosa preguntita de los cojons. Ya verás tú cómo al final ni se independizan ni nada, y ni siquiera hacen la famosa consulta, por no llegar a un acuerdo en lo que hay que preguntar. Siempre pasa lo mismo.

jueves, 7 de noviembre de 2013

Perrea


Según dicen, los españoles somos los menos preparados en matemáticas y lenguaje no sólo de Europa sino también de toda España. Lo que no quiere decir que no estemos a la última en ambas cosas.

miércoles, 16 de octubre de 2013

El cante toca a requiem


La larga guerra de liquidación del flamenco empezó el día en que Las Grecas sacaron aquello de Te estoy amando localmente. Amar de forma loca es lo que tiene.

jueves, 19 de septiembre de 2013

Que se besen


La agitprop triunfa y Cataluña empieza a preocupar, identificada ya como el problema. Y el miedo guarda la viña. De momento. El día que dependan menos de España, Europa tragará, obligará a lo que sea menester, se harán los tratados de rigor, y a otra cosa.

viernes, 13 de septiembre de 2013

El negro no puede


Escribir de internacional en un diario local es como pedirse una fideuá en un puticlub. Pero para eso estamos en Feria. Ole. Y hay que celebrar que Obama (o el altísimo cielo) no nos la haya aguado con una lluvia aunque fuera de cohetes.

jueves, 29 de agosto de 2013

Parentesia


Uno de los rasgos definitorios del humanoide moderno es la parentesia, que no hay que confundir con la propensión a utilizar a los parientes como anestesia del vivir (o a anestesiarlos con tu vida), sino a vivir ésta como un relato con paréntesis, que la (o)presión social quiere ya numerosos, obligatorios y permanentes.

martes, 27 de agosto de 2013

Lapidario fundamental

En USA están tan obsesionados con el efecto invernadero y otros gases tóxicos, que Obama ha decidido pagar a quien los use con algo menos contaminante: plomo.

jueves, 15 de agosto de 2013

La tornaja


El PP de Villarrobledo acusa al anterior alcalde, Ruiz Santos, de gastarse entre 2005 y 2011 más de 35 millones de las antiguas pesetas en comidas, convidás, tirar de veta en hostelería, y hacer méritos para llegar a sustituir a Santa Marta

jueves, 25 de julio de 2013

El rastrojo


En el estado de Georgia (USA) la felación está prohibida, dentro de lo que cabe. No sé qué trauma arrastrarán. Los lamepollas, pues, al contrario que aquí, son ilegales. Lo cual no quiere decir que no existan, ni tampoco que eso sea un signo de progreso.

jueves, 11 de julio de 2013

Pornocracia


Casi sin darnos cuenta, estamos viviendo la última gran crisis quizás con periódicos y algo parecido a eso llamado información, por decir algo.

jueves, 4 de julio de 2013

El becariado


Con el tiempo y una caña –bueno, más de una– al final se pesca a la gente. Así, la Merkel, de la que ya vamos viendo de qué pie cojea y cómo respira, y entre un sonido gutural y otro (al fin y al cabo es su guturaleza), se le escapa alguna idea con pinta de ser suya.

jueves, 30 de mayo de 2013

Dameteta


No es casualidad que tanto al que vive de la subvención como al que suele tirarle a los aviones, se les califique con la misma expresión de ‘darle al chupe’.

miércoles, 29 de mayo de 2013

El corpus de la ruina


No es Cristo caminando sobre las aguas, sino un
turista occidental, o manchego accidental, más
bien de secano, que no se atreve a meterse en ellas,
en Matalascañas. A quién se le ocurre.
Dentro de un tiempo, cuando se haya olvidado cómo el Corpus se hizo fiesta de gastar, en vez de guardar, y esté normalizado como parte de las minivacaciones semanales que toda autonomía con ínfulas no puede permitirse –lo de las ínfulas es una redundancia, por consustancial a la paletería autonómica–,

sábado, 25 de mayo de 2013

Cinematontunas: Colores planos


En los sesenta del pasado siglo el color empezaba a pintar el mundo, con el cine, la publicidad, las revistas, el neón, la decoración. La gente, guiada por el consumismo, empezó a colorear con objetos el viejo ambiente, y los jóvenes más rompedores empezaron a vestirse con cruatricromías. Algo insólito.


jueves, 16 de mayo de 2013

Catalunya triunfant


El gran problema de los catalanes para independizarse es que piensan todavía en pesetas. Que aún están bajo lo que podríamos llamar síndrome de la pela, que es como ellos piensan en la guita que, como a todos, les gusta más que a los perros los picatostes.

jueves, 25 de abril de 2013

Nuevaoleros


Italia da yuyu a los que llevan el carrito del helado, el del mantecado de verdad. ¿Porqué? Simple memoria.

miércoles, 17 de abril de 2013

El popurrí


Pajilleros, melindres, cagalindes(os), mehagocruces, chotonas, cabezabuques, esbirros, pisaverdes, mariangustias, cornetillas, bragueteros, desmolados, pichaflojas, besucones, monotemáticos, desembragados, morguistas, atornillados, faringíticos, pitonisas,

miércoles, 10 de abril de 2013

Dos pares y bien puestas


Está visto que las pérdidas irreparables nunca vienen solas, y se producen a pares. Esta vez, parece como si hubiera sido un pulso entre mujeres –Sara y Margaret- por ver quién acaparaba mejores titulares, como buenos mitos que ya eran, el uno sexual y el otro, pues también.

miércoles, 3 de abril de 2013

El braguero


La última gran aparición estelar de Don Mariano (o el Don apacible, que diría Sholojov) ha sido para condenar el escrache. Todo lo demás sigue pendiente de su comparecencia. Pero por algo se empieza.

jueves, 21 de marzo de 2013

Findeísmo


La crisis también tiene cosas buenas. Por ejemplo, las vacaciones. No me refiero al aumento forzoso del tiempo libre por falta de negocio. Más que un chiste negro facilón, seria una hijoputada macabra. Me refiero al minimalismo con que la ruina obliga a hacerlo todo.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Fumateando espero


Veo un periódico. Toda su portada está llena de cardenales. El golpe ha debido de ser tremendo. Un palo. Parece que incluso ha habido un incendio, pues abajo el titular dice que ha salido una fumata negra. La cosa pinta mal.

viernes, 8 de marzo de 2013

El peine


Por fin vamos a saber lo que cuesta ponerse a malas con alguien, hacer cruz y raya, tirarse los trastos, lo que se dice echar la mula por la linde. Entre 800 y 1300 euros.

viernes, 1 de marzo de 2013

Sin rumbo


Uno de los países más odiados por eso que los chorras llaman comunidad educativa debe de ser Finlandia. Siempre te la están restregando por el morro, con el informe (inclinado) de Pisa.

miércoles, 27 de febrero de 2013

Bromeo y Julieta


Por seguir con el baile de boutades iniciado en Italia este domingo como remate al carnaval, para rizar el rizo y para que no decaiga, diré que no todo está perdido: tenemos a Grillo, a los Grillos del mundo (uníos), que pueden hacer la jaula algo más llevadera.

martes, 26 de febrero de 2013

Marzo es hembra


A razón de cómo crecen adopciones y fecundaciones asistidas, los hijos de pago aumentarán exponencialmente en las mujeres mejor cubiertas, que es un decir, mientras los de las con menos recursos serán gratuitos o no los tendrán. Algo bueno tenía que tener ser pobre. 


lunes, 18 de febrero de 2013

Cinematontunas: La conexión Marx


A la llegada del sonoro, una gran preocupación embarga a la industria del cine: cómo seguir manteniendo al público enganchado a las pantallas.
De hecho, el capital cinematográfico –miedoso, como todos– se mostraba reticente a la implantación definitiva del nuevo invento, siendo al sentirse los efectos de la depresión cuando su adopción comenzó a acelerarse –y no por casualidad, según los malvados–, empezando por el formato más entertainment, como renovada forma de mantener al machacado y deprimido personal con las pestañas (y ahora también la oreja) pegadas a cualquier historieta, y no suelto por ahí. 
Pero la necesidad de diluir en un nuevo lenguaje y relato la vida cotidiana de la gente, y que eso a la vez diera dinero suponía toda una novedad, así como un problema, no planteado nunca en la industria, un tanto a la deriva por diferentes motivos.
El público, hasta ahí, estaba hecho a un tipo de relato, un modo de narrar e incluso unas historias que se adaptaban al formato y las técnicas creadas para ello, dirigidas a hacerlo más factible; todo muy bien amalgamado. Y cuando llega el sonoro, todo eso cambia. Primero la técnica, luego los lenguajes, y al final incluso las historias. Unas historias que, al ser habladas y llevar la voz la parte más “cantante”, tienden a dejar en segundo plano a los silencios que inevitablemente se han de producir en el metraje. 
Y surge la incertidumbre, y a los productores les entra el pánico, temiendo que al más mínimo silencio sin resolver, el público salga escopeteado de la sala. Y empiezan a probar fórmulas precautorias contra esa catástrofe parecida a la marital del miedo a no tenerse nada que decir. Unas funcionarán; otras no. Las que no, pasarán al olvido. Las que sí serán las que el cine siga hasta hoy.
La más socorrida y lógica será hacer películas silentes y sonoras a la vez. Mixtas. O límbicas, como se prefiera. Un cine que, con las dificultades propias del intento, consiguen hacer digno sólo algunos directores criados en el mudo pero que enseguida demuestran dotes para lo nuevo: Ford, Mamoulian, Borzage, Hawks, etc. Son películas que evidencian la necesidad –bien allegada por los estudios posteriormente– de buenos guionistas, tanto literarios como cinematográficos, escenógrafos, técnicos de sonido y otros oficios fundamentales, para el atornillamiento del espectador a su butaca.
La otra opción para rellenar silencios será la más obvia y tal vez más impensada, e incluso cutre, aunque de lo más efectiva: hacer películas en las que no se pare de hablar. De donde las adaptaciones teatrales, el trasplante de Broadway al set de rodaje, algo calificado de artificial y chapucero por más de un crítico. Cosa que molesta muy poco a los estudios, mientras funcione, dado que lo que más les molesta es que no funcione del carajo, o sea inundando las taquillas. Y por eso se fijan en un Broadway que sí las inunda: el dedicado al vodevil, ese invento francés decimonónico para públicos populares –en España conocido como café cantante o teatrillo (el Teatro Chino)–, que los americanos encumbraron hasta apropiárselo (y dar pie a algunos estudiosos de su cine a definirlo como hijo de él y el melodrama).
El vodevil es el espectáculo en el que los Hermanos Marx destacan con éxitos clamorosos en una guerra muy reñida con competidores tan dotados como ellos. Sólo que ellos poseen para Hollywood algunas dotes entonces muy deseadas: son un grupo y hacen cosas distintas. 
De modo que se los llevan para desviar así el río de billetes hacia las pantallas, algo sólo parcialmente conseguido en el primer intento, The Cocoanuts, la versión cinematográfica del propio éxito teatral de los Brothers, medio malograda por los defectos del sonoro en 1929 y lo poco afinado aún de la fórmula; algo que mejorará al año siguiente, de muy mala cosecha por los efectos del Crack, aunque no para ellos, pues los productores les montan todo un largometraje, algo un tanto insólito en tales fechas, para intentar repicar con El conflicto de los Marx, donde, siguiendo la línea de adaptación de su arte vodevilesco, logran dar ya casi con la clave. Y sus resultados económicos no desmoralizar a los productores, que vuelven a probar en 1931 con una tercera, Monkey Business, que será la vencida.
Con una trama menor que un show de marionetas, un guión trufado y pillado con pinzas, se les deja hacer en una serie de situaciones, perseguidos por la cámara y, con un montaje de tres al cuarto, la película es un hallazgo. Y más de uno exclama: “¡Esto era!”. Y con razón.
Casi de casualidad, yendo a su toletole –la dirección de actores en ese momento un tanto anárquico de transición es prácticamente nula–, los Hermanos consiguen una película de ritmo rápido y continuo, sin pausas ni más caídas que las de las víctimas de Harpo, acaparando la atención completa del público, como sólo se hacía con el mejor cine mudo, pero ahora sin capturar sus emociones más patéticas, sino las más prosaicas.
La película funciona como uno de aquellos cortos de policías de la Keystone, como a cámara rápida, solo que a velocidad normal, hablada y en largometraje. Y con un agregado que todavía le da aún más apresto de leyenda (no por su calidad sino por premonitoria), cual es que, por la propia naturaleza de los actores, funciona como un lenguaje perfecto de transición entre el mudo y el sonoro, en todos los sentidos: técnica, interpretativa y lungüísticamente. Es decir, como combinación perfecta entre lo visual y lo hablado, gracias a la natural alternancia en el espectáculo de los Marx más charlatanes y acaparadores de atención (Groucho debía de odiar el silencio tanto como los productores), pero con uno de ellos, y esto es muy importante, que es mudo.
Además, al simplificarse la trama a varias situaciones a resolver por la acción actoral, los Marx encuentran, pienso que de chiripa, aunque lo llevasen buscando toda la vida, un nuevo género de cine: la sit comedy moderna, de tanta aceptación hasta hoy, sobre todo en televisión. Así pues, de modo no muy consciente, y desde una actuación mucho menos pensada que un Hitch, por ejemplo –o los cineastas europeos, que aguantarán durante muchísimos años el tirón de lo visual, lo mudo, en sus películas–, encuentran la panacea que la industria buscaba, el nexo entre lo nuevo y lo viejo, el cine total, ideal y nuevo para el gran público, mezcla de géneros viejos y nuevo género a la vez que da con una de las claves fundamentales cinematográficas que persisten hasta hoy, que es el ritmo.
Cuando decimos preferir el cine americano a otros, poniendo irónicamente como ejemplo nefasto cierto cine francés en el que se puede ver crecer la hierba, nos estamos refiriendo a ese ritmo trepidante que nació precisamente en esa época y de unas determinadas películas, tan bien ejemplarizado por Monkey Business, que hace de este tipo de cine un prototipo a seguir y que será desarrollado de una forma más consciente y elaborada por el melodrama, dando lugar entre ambos al carácter bípedo definitivo del nuevo lenguaje videosonoro que tanto caracteriza al Hollywood más clásico.
Con el tiempo, ese ritmo y lenguaje tan característicos serán suplantados a partir de la utilización de los planos rápidos importados de la publicidad, desvirtuando y estigmatizando un cine en cuyo origen está ese ritmo cinematográfico por excelencia, que se adoptó como norma hasta casi arrumbar al teatral, su hermano gemelo parido para lo mismo que él, al darse cuenta la industria de que ésa era la vía de hacer el nuevo cine, la que resolvía sus incertidumbres de mercado, sus problemas técnicos y sus complejos ideológicos. La que los Hermanos Marx, subidos como jokeys, quizá accidentales, al caballo de Troya metido en la ciudad del cine como de rondón, iban a abrir, y a la que todos, todos, se iban a subir hasta hacerle andar, y galopar como caballo ganador hacia la meta a toda mecha. No es de extrañar que después de eso se hicieran de oro.

jueves, 14 de febrero de 2013

Dime de qué presumes



Este año la Semana Santa se ha juntado con el carnaval, con el anuncio papal antes del entierro de la sardina, antes miércoles de ceniza, de retirarse en plena cuaresma,

miércoles, 13 de febrero de 2013

Lápidas

Cuando dicen eso de 'Y Dios dijo "Hágase la luz", y la luz se hizo', ¿se refieren al Génesis o a Iberdrola?

jueves, 7 de febrero de 2013

El taquillaje


Lo que estos días estamos viendo en nuestras pantallas es cine político de la peor estofa. Argumentos socorridos y resobados, desarrollos farragosos, puestas en escena truculentas, guiones pésimos, actores de no recibo, montajes con manchas de bocata de atún

jueves, 31 de enero de 2013

Catarsis made in Spain


Es la última moda en cuanto a soluciones sociales esotéricas, la gran terapia colectiva: la catarsis. O sea, purificación, limpieza, la purga de Benito. El remedio para todos los males propuesto por los curanderos on line del momento. España necesita una catarsis, dicen; así, como quien dice “el niño necesita calzoncillos nuevos”.

jueves, 24 de enero de 2013

Recinismo


Los recortes, que ya van por la rodilla, han puesto algunas frases en candelero, como esa de que nos roban el futuro, la cual es poéticamente perfecta, pero imposible: ya no lo había. Además, se puede robar el pasado, pero no lo no vivido. Y otrosí: nadie puede robar más de lo que puede.

martes, 22 de enero de 2013

En la brecha


Un valor añadido de las películas de Eastwood que ha acabado por hacerlo imprescindible, es que desde hace casi una veintena –lo mismo que ha tardado en protagonizar una sin dirigirla (la última fue en el 93, En la línea de fuego)– su perspectiva como cineasta, es decir, como protagonista, director, productor, etc es la de un viejo. Que es lo que es.

miércoles, 16 de enero de 2013

Sanantonada


No sé los demás, pero a mí esa ola de franciscanismo que nos invade es que me pone. Me encanta ver a tanta gente queriendo significarse poniéndose animalista. Me pone beatífico el ver a tanto Paco. Pacomé.

miércoles, 9 de enero de 2013

La zorrera


Si ahora mismo Lenin tuviera que hacer aquí su famoso análisis concreto de la situación concreta, lo tendría muy difícil. A todo tirar le saldría un analís. Por eso IU no acaba de hacer la revolución. Por falta de lecturas (o del Lecturas, tal vez), y no será porque Iberdrola no hace de más. Y más liado que está todo que la pata un romano.