jueves, 21 de junio de 2012

El bloque


Dicen que Del Bosque ha encontrado el bloque, que no creas que no es suerte. En mi barrio había uno que algunas noches no había manera de que encontrara el suyo, y tanto se equivocaba que querían hacerle pagar la comunidad del de al lado.

Además de una derrama especial por abuso con nocturnidad del portero automático. Cuando vas con la pitima, el bloque se resiste. Y hasta sin ir. Yo, hay veces que echo la tarde para encontrar uno para apuntalar un palé por donde se me salen los pollos, y tengo que tirar de algún ladrillo del 12 medio roto y lleno de cortachuchas, una réjola o un bardo más cantoso que el de Asterix, y ni así. Porque lo suyo es un buen bloque. El que lo encuentra, ya puede decir aquello de “Quien habla mal de mí a mis espaldas mi culo contempla”. 
Pero los bloques están crudos. Mira el bloque soviético, y parecía eterno. Ahora no encuentras uno por la calle, ni soviético ni nada; y antes no podías pasar por las aceras, de los que había. Es la pega de haber pasado de ricos a pobres. La ausencia de bloques es lo que más lo delata. Por eso no figuran en el índice del coste de la vida. Sería desolador. De ahí que el que los tiene sea calificado de rico. Y Del Bosque lo es. No porque gane diez veces más que Rajoy. Los países desarrollados se caracterizan por el gran diferencial salarial entre su seleccionador nacional y su primer ministro. Es la diferencia entre depender de la prima de riesgo o hacerlo de las muchas otras que se dan por empatar, aunque sean lógicas, porque a ver si no se juega más un entrenador que un presidente, que es un simple coach
Pero Del Bosque no es rico por eso. Estoy seguro que lo daría todo gustoso por encontrar un buen 9 (y si es un 69 ni te cuento). Es rico porque ha encontrado el bloque. Por eso dice que su problema es el contrario que el del resto: el haber pasado de pobre a rico, una ruinosa condición que siempre trae tabanazos y yébanos a quien la ostenta, como esa plantilla roja, que, al no saber de dónde les vienen, ya pueden estarle agradecidos a Del Bosque, por hacerles de escudo. Como ricos que son, jamás entenderían ser ahorcados por fallar un penalti. Y más si se creen pobres, y rojos, solo por ser de la Roja, ese invento de los locutores border line para evitar decir española. Aunque lo que peor llevan es que les digan pijos rosas, y eso que van de manga corta, un verdadero sacrificio en un verano en que hasta en los mercadillos lo imperante es la manga larga. Pero es que estos también son capaces de creerse albañiles porque el jefe los moteje de bloque. Y sí; menudas peonás llevan a cabo los jodíos.

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