jueves, 30 de enero de 2014

La somanta



Dicen que la crisis empieza a tocar cibanto y pronto hasta podremos sacar la cabeza del quijero. Y lo mismo es verdad. Aunque también puede tratarse de algún tipo de eugenirrisia ideada por esa oenegé que es el gobierno, emulando a Eugenio, aunque sin pitillo ni cubata, para aliviar nuestra estancia terminal en esta unidad del dolor que es la vida.

Al fin y al cabo, saben lo malicos que estamos y que, como ya no hay payasos en la tele, ellos tienen que hacer de humoristas de guardia. Para eso cobran (o pensaban que era por otra cosa). 
Y como buena orden que son de Hermanos Hospitalarios, saben que nuestro perlequeque no es solo por la somanta de palos recibida, sino que, como animalicos evolucionados y espirituales que somos, nuestro mal siempre es psicosomático (o psicosomántico en este caso), y que, como no hay accidente que no deje espuelas (¿o era escuelas?), la crisis, además de arruinarnos la salud económica, también nos ha machacado la física, pues todo es ahora psicofisioeconomía, y uno, cuando va al médico, no sabe ya si tiene un cólico nefrítico o uno frenético. Y ellos igual, con el diagnóstico.
De modo que como ya no sabes dónde te duele y ni tirándote con todo el vademécum notas mejoría, al final, como te ven nervisoso, dicen “odo, esto no es del soma; a ver si va a ser de la psique”, que para eso han estudiado, y ya no eres somalo, sino más bien somalio, que no es que estés negro, que también, sino que es más grave, y pillan y te mandan al psicólogo, para ponerte otra vez chiristo y vuelvas a tu ser de hijopoteca. Lo cual, por otra parte, es lo más congruente, por lo de la psicosomancia. Pues si estás en la ruina, o en el paro, o no te alcanza (la paga, digo), lo suyo, vamos, lo tuyo, es que estés loco. Y siempre será mucho mejor eso que mandarte a un especialista, que resultaría más premeditao que llevar a los niños al Rocío, que dijo la Pantoja, pues con los recortes y las listas de espera, te puede dar una risa negra, como una sobredosis de esa terapia ahora en voga, y llevarte al otro mundo, o sea a este, y entonces ya lo mismo ni votas, ni compras gasolina ni nada. 
Sí, estaré loco, pero frío no paso.
De modo que te sujetan el descoyunte con el matahambres de la diversión sostenible y blanca (por lo de las batas) y tratan de arreglarte con recetas los problemas del bolsillo. Lo que se dice un parpallo de tratamiento. Y todo por ser el hombre un compendio de soma y psique (o de suma y sigue, en castellano). Pues si que. 

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