Dicen que la crisis empieza a tocar cibanto y pronto hasta podremos sacar la cabeza del quijero. Y lo mismo es verdad. Aunque también puede tratarse de algún tipo de eugenirrisia ideada por esa oenegé que es el gobierno, emulando a Eugenio, aunque sin pitillo ni cubata, para aliviar nuestra estancia terminal en esta unidad del dolor que es la vida.
Al fin y al cabo, saben lo malicos que estamos y que, como ya no hay payasos en la tele, ellos tienen que hacer de humoristas de guardia. Para eso cobran (o pensaban que era por otra cosa).
Y como buena orden que son de Hermanos Hospitalarios, saben que nuestro perlequeque no es solo por la somanta de palos recibida, sino que, como animalicos evolucionados y espirituales que somos, nuestro mal siempre es psicosomático (o psicosomántico en este caso), y que, como no hay accidente que no deje espuelas (¿o era escuelas?), la crisis, además de arruinarnos la salud económica, también nos ha machacado la física, pues todo es ahora psicofisioeconomía, y uno, cuando va al médico, no sabe ya si tiene un cólico nefrítico o uno frenético. Y ellos igual, con el diagnóstico.
De modo que como ya no sabes dónde te duele y ni
tirándote con todo el vademécum notas mejoría, al final, como te ven nervisoso,
dicen “odo, esto no es del soma; a ver si va a ser de la psique”, que para eso
han estudiado, y ya no eres somalo, sino más bien somalio, que no es que estés
negro, que también, sino que es más grave, y pillan y te mandan al psicólogo,
para ponerte otra vez chiristo y vuelvas a tu ser de hijopoteca. Lo cual, por
otra parte, es lo más congruente, por lo de la psicosomancia. Pues si estás en
la ruina, o en el paro, o no te alcanza (la paga, digo), lo suyo, vamos, lo
tuyo, es que estés loco. Y siempre será mucho mejor eso que mandarte a un
especialista, que resultaría más premeditao que llevar a los niños al Rocío,
que dijo la Pantoja, pues con los recortes y las listas de espera, te puede dar
una risa negra, como una sobredosis de esa terapia ahora en voga, y llevarte al
otro mundo, o sea a este, y entonces ya lo mismo ni votas, ni compras gasolina
ni nada.
De modo que te sujetan el descoyunte con el matahambres de la
diversión sostenible y blanca (por lo de las batas) y tratan de arreglarte con
recetas los problemas del bolsillo. Lo que se dice un parpallo de tratamiento.
Y todo por ser el hombre un compendio de soma y psique (o de suma y sigue, en
castellano). Pues si que.
Sí, estaré loco, pero frío no paso. |
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