jueves, 24 de noviembre de 2016

Viernes Negro

A Rita Barberá no se la ha cargado ni el PP ni la Sexta ni cualquier otra secta. Nada personal tenían con ella; solo negocios. Por eso pudiera ser que, igual y según iba floreando tontunas en las páginas del Black Friday, tan arduas de compaginar, no encontró un bolso a juego con su ostracismo y se vino abajo. Porque eso duele. No es la primera, ni el primero que cae en un atracón de escaparate, que más bien ha sido lo suyo. Y que en España, la muerte, esa justiciera de géneros, tiene concertados este año en su libreta de baile más de 200.000 valses con mujeres, y mujeras. Y tocaba.
Más o menos, el mismo número que embriones hay en busca de madre (y a ti, papá, te encontré en un vasito), esperando congelados sin saber donde colocarlos, aunque, eso sí, bastantes menos que jamones, que para eso somos también (además de pajilleros trascendentes, quiero decir) el primer productor de cerdos de Europa, aunque no lo parezca en absoluto. De modo que entre unas cosas y otras, lo que sí está claro es que este país es en sí mismo un stock de macanas de tal desmesura y proporción que ni declarando negros todos los viernes del año se quita tal marrón.
Obama indultando al pavo.
A mí, por ejemplo me endilgan un embrión (o un jamón, que para el caso es lo mismo), y solo de pensar en lo de la reválida, los comedores escolares, la prohibición de los deberes o las fiestas de cumpleaños me entra un agobio, que es que aborto, ahora que Francisco ha dado rienda suelta al perdón, que ya me veo con todo el mundo ahí, en el cielo, ya verás tú; hasta con Clint Eastwood. Que es por lo que en vez de un jamón la gente en el Black Friday se compra un pen drive, por meter algo, o mejor, un ipad; porque no necesita jamonero ni hay que comérselo antes de que se reseque, y como es un montón de táctil puede servir hasta para un propósito lúbrico, como sucedáneo, ya que la última tendencia mundana es renunciar al sexo (si bien también se dice, pero esto es por intoxicar, que los jamones hembra son mejores –las jamonas, antecesoras de las curvys, es otro cantar, de los cantares).
Los pioneros de esta nueva moda, han sido como siempre los famosos, entre los que creo que se contaba Rita, y Lenny Kravitz, Paris Hilton, Morrisey o Lady Gaga (gagá para impropéricos) se declararon hace ya excedentes de cupo, y entre nosotros se acaban de apuntar Olvido Hormigos, otra desengañada de la política, el sexo y los videos (aunque no de las mentiras), o su ex cousufructuaria de pene, Ana Obregón, o, por motivos obvios dicen los malpensados, Bibiana, Roxy, Loles León y otras chicas del montón, que lo hacen de la manera más natural ya, entre recetas o incluso entre costuras, dejando atrás las del Pulpo, la Libélula y hasta la del mismísimo Misionero, entre costura y costura.

Pavo indultando a Obama.
De todas formas, y volviendo a lo nuestro, pues si es negro hoy es viernes, negarle a Rita un minuto de silencio como ha hecho Podemos es menos iconoclasta de lo que se creen, sino más bien bastante iconoplasta, no en vano la eternidad es la película muda por excelencia y un minuto de silencio es un trailer de nada. 
Lo que sí es una pena es que en el Viernes Negro no haya oferta de féretros. Parece un sinsentido, pero no. Indica claramente que los vampiros, en especial los nuestros, siguen igual de señoritos y absentistas, y prefieren de todas todas el colchón viscoelástico al tieso ataúd.  Y es que negro negro, ni los viernes lo son ya. Todo lo más un gris borroso.

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