Si en
verano Franco pescaba atunes, Rajoy se conforma con un rape catalán
desgalichado, el rehén entregado por la oligarquía de allá bien
deshonorabilizado cual caganer y presentado como un vulgar robaesteras, casi como un homúnculo tiranizado
por la señora y famiglia.
Un despojo para que el mayordomo Mas tome nota y cambie el Proces por pelas.
Un despojo para que el mayordomo Mas tome nota y cambie el Proces por pelas.
Es lo típico de las oligarquías fratricidas y sus
bancos …de pesca. Que se comen, y engordan… hasta que los pesca ERC, y
caldereta estelada. Y luego se quejarán. Lo cual quiere decir que el Pujol nos
va a costar la guita nuevamente. Y no solo la guita. La corrupción, que siempre
se apoquina por partida doble, cuando trincan y cuando “pagan por ello”. Y
como, además, con ello se sientan las bases de la corrupción del futuro, en
aras de la sostenibilidad, seguiremos pagando. Es lo que se llama invertir en
intangibles. Que es lo que hacen los intocables. Aunque estén tocados. Que no
pare la compostadora, que es donde los intelectuales de nuestra escatología de
mierda ven el secreto de nuestro éxito como marca España, y a Pujol como su
cúspide. Pero se equivocan.
Porque si hay un fenómeno (y Jordi mira que lo es)
sobre el que fundar la epistemología del cagadero patrio hacia el que hemos
involucionado, ese es Magaluf, ese sitio donde chupar, a, ante, con, contra,
para, por, según, sobre, tras, etc, chupar por chupar y lo que sea, ese reino
del chupe donde jóvenes aturdidos se tiran a la piscina sin saber si les espera
el agua o el vacío eterno, es el verdadero sumun de nuestro vertedero sin fecha
de caducidad. El periodimamoneo dice que es el vil producto de un turismo
extranjero descerebrado que abusa de nuestra hospitalidad, se caga en la playa
y se limpia el culo con la toalla. Hay quien incluso habla de campaña
judeomasónica de desprestigio desalmado, la pérfida Albión y todo eso.
Pero el
hecho es que han sido los propios los que han promocionado esa basura con tal
de mantener lleno hasta la bandera el chiringuito. Lo que pasa es que mientras
haya chiquillos, y de fuera, para echarles la culpa… Pero es aquí dentro donde
la hemos cagado, en eso y en casi todo, y no vale que los padres del invento
echen balones fuera respondiendo con chovinismo de retrete, lo mismo unos que
otros, que las mierdas de otros huelan más, porque estamos todos en la misma
como moscas. Y que el que la huele, debajo la tiene.
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