jueves, 1 de enero de 2015

Que vienen


Al principio fue el hombre del saco; luego, el sacamantecas, el demonio, Belfegor, los rayos, la bruja curuja, los mengues, el destripaniños, los velociraptors, el can Cerbero, el lobo, los húngaros, el frío, Malajeta, la tosferina, el barbas, el hambre, el tifus, la viruela, la tuberculosis, tu padre (o tu madre),
los gitanos, el vergajo, Doña Pepi Pellizcos, el maestro de la correa, los condiscípulos del rincón, el plinto chafahuevos, los cursillos de comunión, las ratas, las pedreas, el cuarto oscuro, las inyecciones, una de miedo, los maquis, la cueva de los morciguillos, el agua fría, la vara verde, tocarte de guardameta, el terror rojo, los moros, Drácula, las alturas, o bucear.
Luego temimos partirnos la cara, ser vistos, el otro sexo (¿), hablar, el rechazo, la agorafobia, los granos, la incomprensión, los gatos negros, los gais, el qué dirán, las armas (o almas) blancas, las mates, la ropa inadecuada, las arañas, Freddy Kruger, caerte de culo, ser enclenque, la amenaza nuclear, las escaleras, estar delgado, las motosierras, la mili, estar gordo, quedarse calvo, caer mal, caer bien, las serpientes, ser joven, tenerla pequeña.
Después fue el compromiso, no dar la talla, los números rojos, los cuernos, ser invisibles, el gatillazo, los médicos, el peligro amarillo, el avión, los hijos tontos, el paro, los rumanos, la celulitis, el tío Paco con la rebaja, la Guardia Civil (de tráfico), el sida, quedar al margen, el cáncer, que se acaben los botellines, el paso del tiempo, el dentista, el banco (y no de semen), la hipoteca, que no suene el teléfono, la suegra, la disfunción eréctil (otra vez), la desgana, el colesterol, las rubias tintadas (que no la rubia, ni el tinto), una peli rosa, los ladrones, los guapos, o mismamente el bañador.
Finalmente, está la factura de la luz, los sunamis, el ébola, la depre, los impuestos, los kilos, las rebajas, el metabolismo, el Islam, el coste de la vida, el infarto, las multas, el terrorismo, el quirófano, las tallas mini, las arrugas, perder el carné, el paracetamol, las aglomeraciones, la muerte. Y ahora, para colmo, Podemos. 
Pues les va a hacer falta un bonobús. Para llegar a meter miedo, digo, porque con todo el curriculum mencionado, ya se pueden poner las pilas y a la cola del subconsciente para asustar neuronas. Eso, el miedo, los del sillón, que son unos moñas repantigados que no están hechos a nada y no tienen medio garbilote. Y es que, de casta le viene al galgo. Y les temen a los doberman. Pero…¿no eran ellos?

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