jueves, 17 de marzo de 2016

La "plantá"

San José se presenta este año más parricida de lo normal. No sólo es que la primavera, que se anuncia en plan killer, pretenda fulminar al invierno, la lluvia
al anticiclón o los pájaros al silencio; también Podemos quiere matar al PSOE, el PP la corrupción y el bikini las lorzas –y eso que un obeso a muerte con la caloría, más que un asesino es un suicida–. Todo el mundo, salvo El Corte Inglés, parece querer matar al padre. Una fiebre edípica (¿quién se lo iba a decir al pobre Sigmund?) que ya ha triunfado por vía oral, nombrando ahora a los progenitores con el muy deleznable y cantaminante término de papis –cría cuervos–, que es para desheredarlos, aunque no tengas de qué. 
Zeus devora a su hijo por haberle llamado "papi"
O mejor aún, matarlos, como Zeus, en justa reciprocidad de deseos subconscientes (o no tanto). Claro está, si no fuese todo mentira, otra falla más montada para su quema, de las muchas que hoy forman esa enorme plantá erigida por todos los escenarios, callejeros, mediáticos o privados de la ardiente actualidad española, con todos sus protagonistas convertidos en meros ninots sedientos de hoguera (y ese Rajoy, ¡hele!, tratando de huir de ella como un ninot indultat).

Todo un ejército de camastrones haciéndose la cama, más que al estilo de noble doncella hotelera, al del tirado de camastro, de paja y farfolla, tan combustible pero que es lo que impera, la pirotecnia y el camastroneo; que son todos más de Camas que Curro Romero y Sergio Ramos juntos, con perdón para esa muy honrada villa; lo que se dice un verdadero reino de camas…utra, y ríete tú de Somoda y Gorroma
Y ya nos pueden contar que sus relaciones están como el reguilloToda esa batahola de cantamañanas, esa plaga tan ducha en el verbo odiamar y por un mínimo gustiprecio, fiel a su inclinación patológica al redondeo y a la piltra, toda enfangada hoza y retoza en una más redonda que la hostia… que nos espera. Y ello, al margen de que se arreglen o no. Ya que a nosotros nos arreglan, eso seguro. Pero nunca nos contarán tal revoltillo inmundo. 
Los que marcan la agenda, que se dice, parecen haber adoptado la norma del código Hays para películas, que no permitía mostrar a una pareja en una cama. Por eso salían siempre en camas separadas. Tanto salieron que la mitad de los astadounidenses duermen ahora así. 
Menos mal que nuestras casas son pequeñas y de gilipolleces caben las justas. Pero ya hay familias que ven distintas teles, que ocupan menos sitio, aunque tiendan a acaparar todos los cerebros. Lo cual es pa’ matarlos. A los padres, digo. Sea o no su día, San José. De soltero, Pepe.

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