sábado, 30 de mayo de 2020

Consignas


La consigna de la apertura de la NiNi o Nueva (sub)Normalidad, es “Hay que salvar el verano”. A toda costa, o campo, con permiso de las chicharras, que tan bien estaban ellas ahí, dándole. 
Salvar al soldado verano, esa es la orden, que si es por salvar, que se encargue Tele 5 (con el mando te la hinco), que cuenta además con el extra de Jorge Javier como gran adalid del antifascismo queer. Aunque, si JJ es el nuevo guía contra el fascismo, entonces, ¡Sálvame! 
Y es que ahora todo es así, de obligarte a elegir entre lo malo y lo peor. Como vivir pobres o morir ricos, he ahí el dilema hamletiano del momento. O elegir entre Sánchez e Iglesias, que me recuerdan el adagio de aquel que le mordió una víbora, y decían: ¿Sí? ¿Y qué pasó?. Y el otro: nada, una pena: como no encontraron el antídoto, la víbora se murió enseguida. 
Y es que entre ambos han llevado más gente a la tumba que Mae West a la cama. Que también podía haber sido a la inversa, ya que la política, con un virus en condiciones, produce un cóctel que no sólo puede hacer extraños compañeros de cama, sino también de tumba. O de calle, que en estos días, con el muerto al hoyo y el vivo al minuto de silencio, es todo un cenotafio, solo ocupada con las quedadas mortuorias con cita previa de los duelistas retroactivos con permiso gubernamental (y si el tiempo no lo impide)
Todo un ejemplo de cómo han cambiado las pestes, o los tiempos, o sea, las pestes, pues si en la del Quattrocento, se produjo lo que los historiadores llaman una desocialización socializante, ahora hacia lo que vamos es a una socialización desocializante, o sea, a la exacerbación del individuo frente a la sociedad, identificada en el estado. Más enclaustramiento, cerrazón y relacionismo de chichinabo. 
La prueba es esa caída de la confianza en la sociedad civil, la que se supone libre del covid político, desde el 60% al 40%. En dos meses. Vamos, que no nos fiamos ni de nuestro meñique. Y eso, en plena Operación Bikini. A ver, con este panorama, cómo (ni para qué) nos vamos a meter el del año pasado, con las tetas que hemos echado en el confinamiento. Que baje JJ y lo vea.

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