jueves, 13 de mayo de 2021

Deriva

 El Psoe no quiere darle la medalla de Madriz a Trapiello. Ni de bronce. Lo ha dicho Pepu Hernández, medallista de pro y fichaje de altura del Míster, Sánchez, para las ligas medias, o de rodilla para abajo. Y lo ha explicado muy bien. 

Rotondamente, diría yo, acusándolo de revisionista histórico –supongo que será de la guerra civil, ¿o es que hay otra?–. Y si bien  no saben en qué exactamente, no están de acuerdo con él, aunque sí afirman que ha roto algo perfectamente aceptado (?) y eso no puede ser. –¿Será acaso ese falso consenso sobre el pasado fijado a machamartillo por una de las partes contratantes, bajo pena de anatema para discrepantes?–. 

Aún así, yo le comprendo. Debe de ser muy duro que un imprevisto y fortuito hereje (no importa que no sepan de qué, pero de algo será, eso seguro) te recuerde que la tierra no es plana, y con lo que cuesta hoy día además atornillar el pensamiento único en los cocotes del rebaño. Y por otro lado que, oye, que la Ayuso, que ya no es IDA gracias a su glamurosa victoria, que como se dice en Apocalypse Now huele a napalm (y para alguno ha tenido el mismo efecto), seguro que lo hace por joder, como siempre que un facha premia a alguien que no lo es, hasta aquí, claro, pues, en español fratricida, una concesión así convierte a su víctima en un fascista probado e irrecuperable, como si hubiera caído de niño en la marmita del druida Franco

Así es que casi mejor que no se la den. Pero mejor aún sería que lo decidiese un juez, que es lo que se lleva. Aunque anden siempre divididos ante lo que se les pide, tan similar ahora a lo que antes se esperaba de los militares: un golpe de estado blanco e indoloro, y la sustitución de los derechos por el imperio de la toga. 

Pues si la justicia es la política por otros medios, como la política es la guerra por otros, y si a falta de leyes claras se judicializa también la vida y la opinión de un jurisconsulto, eso es la justicia, equiparable así de hecho a la postverdad del charlatán contertulio que la emite lo mismo en una tele que en la Red, para ser destripada por los ñúes, la democracia, así mediatizada y secuestrada deja de existir, los parlamentos se quedan obsoletos y la misma política, acotada (de coto) y enjaulada pasa a ser una mentira verdadera más de la cotidianidad ahormada y emitida en series luego a luego de pago, y ya solo falta el réquiem. El sudario ya lo llevamos puesto.

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