miércoles, 17 de noviembre de 2021

Vintage

 El acto valenciano de esas nuevas Spice Girls políticas, las Bangles ibéricas cortadoras del bacalao con cuchillo jamonero, la Diana Ross gallega –más gallegos– y sus Supremes periféricas, (casi) todas blanqueadas a la sombra del poder,

es el aviso de salida de la gira de conciertos de otra nueva izquierda, en la que, salvo La Internacional, vamos a oír de todo, y ellas más. 

Y es que si la derecha está morigerada, la izquierda es hembra, directamente, y alfas, no quedan más que máquinas de coser vintage. Ni en la izquierda vintage, difunta ya o imsersionista (o sea, difunta). El trabajo ha rendido sus armas al relacioneo, la producción al consumo, la recuperación de las fuerzas al finde, y el ser (esto o lo otro) a ser algo (o algas) o a representarlo. 

Así que lo que viene no es el neo romanticismo obrerista de enagua e imperdible (no te lo pierdas), sino la izquierda Chanel nº5 –si es que son cinco– y su Yes I Am como mantra estrella (de Cacharel). La izquierda Black Friday que si paga algo es con bizum, ese eufemismo ya del todo a escote, que parece hecho para una panda de niñatas jijíjajá del poliamor. 

Y es que está mal visto hasta el calviñismo o calvinismo pero con ñ, de moño, por supuesto. Y el antiproductivismo es la ley. Ni crecimiento cero, ni desarrollo sostenible ni cualquier otra chorrada para blanquear el capitalismo. La nueva izquierda es simpsonista, o sea menos cero. No quieren ni turistas. De fábricas o centrales eléctricas ni hablemos. Todo pasa por la redistribución. El reparto, pues quien parte y reparte… 

Y lo que empezó con Gramsci, primando todo lo que no fuera el sistema productivo, varias generaciones confortables después del buenismo europeo y su mala conciencia histórica, ajenas a la producción de bienes, piensan que tal sistema es posible solo porque siempre han tenido de todo sin producir nada. Nuevas clases ociosas, aunque por lo pobre, y taumatúrgicas, que confunden el saqueo y el esquilme de la riqueza general en nombre de la equidad por gobiernos de Tempranillos como este, pan para hoy y hambre para mañana, con una alternativa real, que no son ellos… ni ellas.  

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