jueves, 4 de noviembre de 2021

El bimbó

 Se sentía. Olía como a feromona (que ya es oler). Alguno hasta lo llegó a diagnosticar: en el ejecutivo había lo que se llama tensión sexual no resuelta; eso tan impreciso como elocuente, ese algo pasa con Mary que da en malpensar, lo sé, que había tema, en una coalición tan paritaria como esta. 

Y para averiguarlo, solo había que seguir el viejo y verde modelo machista del cherchez la femme, y por ende al que las busca, que ha resultado ser el que fue segundo de a bordo, Ábalos ‘el entrevistado’ (aeroportuario y ya metido a guardia de aduanas, con la colega venezolana del maletín), y luego ‘el entrevisto’, por lo visto y, sobre todo, por lo no visto, su supuesta afición a los saraos de mancebía, aunque de nivel, en Paradores (a los que querría sacar de la crisis en plena Covid), y con videos acusatorios, que cuando se supo en Moncloa, y cada vez que se cruzaban con él Sánchez o Carmen Calvo, le decían por lo bajinis lo que Gila en el chiste del asesino, “alguien ha matado a alguien, y no me gusta señalar…”, solo que con temática más carnal, ya que, digámoslo en parábola, en vez de sangre lo hallado eran condones, o, para ser algo más patriarcalista, ciertas canas en el aire. 

¡Senyor, doname força!
(¿al canut?)

Y no en Punta Cana, sino en sede gubernamental. De modo que algo empezaba a oler más allá de Puerta de Hierro –y desde el mismo Ferraz (recuérdese que el jacarandoso era segundo, en este caso de a borde, en un partido tan probo y pequeño burgués como el suyo–. Todo lo cual le costó el cargo, dicen. Por vivir la vida. 

Y lo peor, y moralmente lo más grave en un socialdemócrata –aunque dicen que los socialdemócratas son la otra parte contratante de la coalición, tema de género en el que no voy a entrar–, sin condenar la prostitución ni aplaudir su abolición, como es de reclamo en coalición tan tensionada, sexual y obreramente, aunque no se haya resuelto (o consumado ) en uno u otro sentido. 

Ya se verá (o no). Pero lo que está claro es que si en vez del Living la vida loca de Rickie Martin, el modelo de Ábalos hubieran sido los clásicos socialistas El chiringuito, Carnaval, La barbacoa o El bimbó, de Georgie Dann, de otros lodos (y polvos) estaríamos hablando. 

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