Lo de Motos versus Broncano, no es que me dé bronca, dicho en argentino; es que da grima, asco y ganas de llamar a los israelíes -o mejor no, pues se cargarían a la población infantil, que apenas ve la tele-. Esta basura bipolar, bloquista y frentista de salón, que se quiere sea el gran debate nacional, en la tradición más dosespañista del Joselito/Belmonte, anís contra coñac, conejo o pollo, la intrahistoria, que dicen los tardo unamunescos, o solo tardos, define al español memo, o sea medio, la intraespaña, y es otra ful.
De nauseabundo, odioso y vírico, y más infra que intra, es patético. Solo muestra el gran marrón, el fiasco insuperable en que estamos, un tópical spanish que no merece otra homilía que nadie oirá, pues el mundo será un puro merdasquero, pero nadie quiere renunciar a sacar su cucharada de plasta mando a distancia en mano, por si se la quitan, pues, como dijo Woody, la vida es una mierda, pero dura tan poco… Sobre todo en antena.
Y es que parece que fue ayer que nos clavábamos truños abominables creyendo que jamás igualaríamos tal ingesta fecal. Pero todo cambia, y la mierda más, pues es más plástica, el arma ideal de destrucción masiva. Y dispersarla a tutiplén la mayor tentación. Y facilísimo, con el inmenso mercado de coprófagos imperante.
Si hasta al pobre Psoe lo han hecho volverse coprófilo, militante de la alienación y estandarte de la subcultura neoliberal. Y a ver qué culpa tienen ellos de que la gente pida más y más -y ahora unas guindas de pesticida cerebral, por favor, pero del bueno, del más cool, del genuino de izquierdas, mami-.
La culpa es de
la extrema derecha, que ha malcriado al público con fango y carroña. Y se han
visto obligados a contraprogramar a la ultraderecha del lodazal televisivo con
un engendro similar, pero, eso sí, progre de última moda, sacando gente más
enrollada (¿con quién?), chistes populistas de otro tono, y sobre todo porque ellos
lo dicen. Que son neoliberales, pero de izquierdas, eh, un respeto. ¿O es que
no sabían que eso existía? Y que para eso está lo público. Para imitar y emitir
más basura y competir por el share, a truñazos. Anda, paga impuestos, paga.