jueves, 8 de mayo de 2025

Morcillas

 

Estrictamente hablando, una morcilla no es cerdo. De hecho, las hay sin ningún ingrediente del animal al que los chinos le dedican un año -lo cual tampoco es tanto, dado que por aquí algunos le dedican toda la vida, e incluso la dan por él-, y del que Marañón dijo que había salvado más vidas que la penicilina; y ahora aún más, con los trasplantes de sus órganos, cosa que mucha gente anónima hizo desde hace siglos al auto trasplantarse a diario medio kilo del bicho, siendo así pioneros sin saberlo, ya que podrían haber exigido derechos de autor, los pobres. 

Pero el hecho es que la morcilla, incluso llevando manteca o sangre, es un producto tan alambicado a partir de la cultura y usos de cada sitio, la quintaesencia de la idiosincrasia de cada lugar, que en todos es mejor que en los demás, lleve piñones, pan, jengibre, pimienta, puerro, miel, arroz, cebolla o pollas en vinagre, siendo así el exponente máximo, incomparable e inconfrontable del localismo etnocentrista más saduceo, sectario e irracional. Es lo nuestro, y se ha terminao.

 Es, como perfecto producto cultural de un grupo, el arma incontestable -salvo con otras armas- de esa comunidad, cerrada a otras fórmulas (aunque no a otros embutidos), pues es su identidad. 

Y eso siendo la morcilla uno de los signos de identidad españoles por excelencia, y ahí está el mismísimo Góngora, por converso o por pasión, nombrándola como divina, pues desde el barroco se refunda como ariete de la guerra cultural por la unidad espiritual del país, habiendo salido de esa tradición un pueblo tan morcillero, que todas sus guerras culturales se libran con morcillas. 

Las famosas morcillas con onda. Sea en la radio, en la tele o en la red. Así la de ahora mismo emprendida con la DANA de Valencia en todo tipo de espacios aparentemente informativos, pero amarillos (cuando no marrones) a rabiar, que, más que abundar en el asunto, lo sepultan en una fosa séptica de sensacionalismo, comunicación meme, convertido ya en una morcilla, y utilizado en ristras como pan de munición en la guerra cultural de cada trinchera. En algo podrido, diluido, desvirtuado, en tema basura. En coprofagia.

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