El mundo está lleno de parajodas. Una de ellas es que, cuanto más globales son los medios, más invisibles nos volvemos. Y eso no pasaba en la vieja sociedad de masas, en la que aún creemos estar, pero no, pues la exposición se daba por niveles, como correspondía a una organización piramidal construida también a la antigua, por pisos, por cotas, en la que cada uno, en su franja de pertenencia, tenía su cuota de visibilidad.
Las ciudades, y no digamos los barrios, o los pueblos, tenían sus tontos, archiconocidos, sus borrachos, sus calaveras, sus putas. Hoy, todo eso, no es que haya desaparecido, pero sí se ha difuminado, perdido su relevancia, de modo que para vivirlo hace falta un intermediario que es, o la tele, o la red, ya que hacerlo en vivo y en directo, de forma natural, es muy incorrecto, y tanto más correcto cuanto más sea de pago esa intermediación.
Como aquello que cantaba (es un decir) Javier Krahe, que si te desnudas eres un cerdo, pero si lo haces en la tele es un espectáculo erótico. Y es que ya no pertenecemos a ningún espacio concreto o particular, sino a la galaxia.
Por fin, no somos nada ni nadie, y la única forma de hacernos visibles (o ser, simplemente, identificándonos, perteneciéndonos) es acceder a la red, a la tele. No subir la escala social, sino dar el sorpasso. Y ya estás vivo.
Porque, siendo así, ser, eres -aibá, me ha salido un José Mota-. Que, básicamente, es a lo que han ido los listos de la flotilla, esa movida que no sé cómo no la ha producido Mediaset; más que a dar visibilidad a la masacre, a hacerse visibles ellos mismos. Porque si hay un dicho certeramente comprobado es el americano de “hazte un nombre y te haré rico”.
Y mira, a la Barbie Gaza ya la han contratado; la Greta ha subido
enteros su cotización de jodeverbenas; la Colau ha subido en las encuestas (o
sea, en el caché), y el resto de famosillos, dale que va. Y el Wyoming, no sé
si le habrá dado la cosa para comprarse otro piso -que no es que me queje, sino
que no entiendo cómo no asila en los que tiene a menas y pobres así-. Y ahora,
saldrán en la tele. Menuda parrilla nos espera. Es lo que nunca les perdonaré a
los israelíes.
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