miércoles, 9 de enero de 2013

La zorrera


Si ahora mismo Lenin tuviera que hacer aquí su famoso análisis concreto de la situación concreta, lo tendría muy difícil. A todo tirar le saldría un analís. Por eso IU no acaba de hacer la revolución. Por falta de lecturas (o del Lecturas, tal vez), y no será porque Iberdrola no hace de más. Y más liado que está todo que la pata un romano.

Porque si algo predomina hoy en la agusanada piel de toro es el lío, el barullo, la topera. Siempre que esto se va a hacer leches, la táctica de los poderes fácticos es la misma: ruido, humo y (si hay anticiclón) niebla. Y no das pie con bola. 
Hasta un morciguillo con radar se la pega. Te lían tal zorrera, que si la tarraconensis, que si la prima –somos un país muy familiero–, que si Bruselas, que si la sequía, que si MAFO, el Madrid Arena, que si la disfunción eréctil, que si la dieta, que si Messí, que si la abuela fuma (y en el bar, y a ver quíén le manda a los civiles), que si la infanzona, el Urdan y Botsuana Chaos, que te ponen tan zopenco total que no te jilas si las espichas de inanición, de lo entretenido que estás en tratar de distinguir en el humero la miaja chulla más que chusmarro, del tiznajo de caña que queda de encender el sagato de pobre. La información, o la sagatina que llamamos tal, es como el dióxido de carbono del brasero: te atrapa y te calienta mientras te mata. Lo propio de un país escandaloso, encanallado y que supura mala leche y pus desde que Isa y Fernan fuesen los primeros en endeudar sus pestañas. Con un carácter forjado en la picaresca, el corporativismo, la miseria, la prebenda y el enjuague, el país más corrupto de Europa (después de Cataluña, claro) y el que más se ríe del pobre Benjamin, Walter: “La gloria sin fama, la grandeza sin brillo, la dignidad sin sueldo”
Y cuando se desploma la chapa del tiro de la chimenea, lo único que se nos ocurre en medio de la zorrera es echarnos la mano a la cartera, en vez de abrir, que corra el aire, y salir a la calle. Pero aún nos gusta más el humo que la escarcha, y la calefacción, aunque sea a pedos, más que el fresco, y como buen país de señoritos pobres pero con Papá Noel, Reyes y Amigo Invisible, combatimos la peste y el sarnazo con desodorante más que con duchas frías, la manta a la cabeza y sea lo que Dios quiera. Debe ser un sino.

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