Otra cosa no, pero la
renovación del elenco político puede ser una mina de guiones de cine, tan
alicaídos, en especial la comedia gruesa tirando a astracanada, siendo una pena
que el género valleinclanesco y el esperpento literario ya no se practiquen, y
menos la revista, pues supondría un magnífico filón para Camoiras o Esteso.
Pero menos es nada. Y ahí van dos apuntes, gratis.
Un grupo de nuestros
aborígenes, de visita en el foro el 13-J, y ya que estamos aquí, y que alguno
es de la cuerda triunfal, se presentan en la toma de posesión de Carmena,
Carmona y Carmina, y se zampan en la misma puerta del consistorio, a hacer masa
con el público enfervorecido, a esperar a un paisano que trabaja allí, cuñado
de uno de ellos, para ir a comer. Diez segundos después, y como no hay nada
mejor que hacer, están silbando, gritando y pitando. A todo. Al poco, sale por
la puerta un individuo, joven, adecentado y de trapillo, más bien convencional,
uno de tantos, al que se le viene encima una pitada descomunal, improperios,
insultos, abucheos, desaprobación total, incluida la de algunos de nuestros
visitantes, creyendo sin duda que, por no salir a hombros o vestido de
pegamoide, era uno del PP que huía despavorido de la recién tomada Bastilla.
Pero hete aquí que el muchacho es al que esperaban, y el chasco de alguno es
tan notorio que, encima, va y justifica la cagada acudiendo al socorrido
sistema de echar balones fuera, poco menos que culpando al esperado por salir
con una que, esa sí, debía de ser de la cáscara amarga, ya que escondía su
rostro bajo un pañuelo. A lo que el recién rescatado paisano alega: ”!Pero
tontos del pijo, si esa es una de las taquígrafas del ayuntamiento. Y lleva
pañuelo porque es mora¡”. Como se ve, todo un corte.
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Profesora ´limpiando la biblioteca a lo Freddy Mercury para ganarse un sobresueldo |
Y dos. En los
pasillos de un instituto rural se comenta la prevista medida madrileña de que
la limpieza de centros la hagan cooperativas de madres (y ahora padres, según
creo, para evitar el machismo), y al llegar una contertulia que no sabe muy
bien de qué va, pero afectada todavía por el reciente nombramiento como
directora de una compañera llamada Carmen, suelta: “¿Estos? ¡Pues ya veremos
como quedan los ladrillos, con lo gorrinas que son en este pueblo!”. Eso, para
que veáis en qué manos hemos dejado la revolución.
En las mismas con que
muchos manejan el móvil o conducen. Y luego a luego se confunden con los
mensajes. O se la pegan. Más o menos lo que Umberto Eco llama “nueva legión de
imbéciles”, que no sé si viene a sustituir a lo que antes venía siendo famélica
legión, con escaño hoy en internet, que es más un síntoma que una enfermedad, y
que, según él, está llevando a los tontos al poder (virtual), en vez de a los
listos de antes. El mismo error elitista de muchos ‘comunistas’,
al despreciar asistir a las asambleas podemitas diciendo con suficiencia eso de
“es que estoy harto de oír a tontos”. Lo cual es un signo de chochez intelectual, porque si hay algo que defina a la presunta masa revolucionaria de hoy es lo mismo que lo de ayer: la pobreza material y la mental.
Y eso es lo
que hay. Tontos de todo tipo, incluidos los comunistas a la pàge. O la paja,
que también los hay. Un ejército verdaderamente franciscano de idiotas, viejos,
inútiles (o ambas cosas), impedidos, paralíticos, deformes, drogatas, poliomelíticos,
dependientes (incluidos los del comercio) amputados, contrahechos, pobres, mujeres,
inmigrantes, malditos, mendigos, sidosos, amas de casa, distintos, feos y todo aquello
que no es beautiful, ni falta. O sea, casi todo lo bendecido, antes por Dios y ahora por
el buenismo universal y la tolerancia obligada, que es pura moral burguesa
hipócritofilantrópica, y que yo no sé si está bien o mal, pero que, mira por
donde, ampara a la gran mayoría de frikis que son (somos) casi todos los rechazados
por la suerte hacia abajo.
Un ejército a veces
calificado como lumpen, y equiparado con aquella sociedad de las tinieblas pero
tan numerosa de la que echara mano el gran populista Luis Napoleón por primera
vez en la historia para tomar el poder y fundar el II Imperio tras la
revolución de 1848, y que si hoy es ya el ejército mayoritario es con la ayuda
inestimable del FMI o el BM, de los que, quien más quien menos es hijo más o menos legítimo, y de los que no deberían renegar.
Los del antiguo régimen
(que aún no se ha ido) están quemados por la entrada de estos que llaman escandalizados,
facinerosos de extrema izquierda (y facinerosos, sí, pero de lo otro, se nota que no han conocido a ninguno de verdad). Y es comprensible, ya que a corto plazo
les quitan muchos puestos de cobranza, trinque y mangoneo, muchas oportunidades
de negocio. Aunque a la larga deberían estar contentos, pues si no le pegan
fuego a la tienda, como no parece, al final se integrarán (dejándolos
explayarse y pegarse contra el muro de la realidad) en ella como vendedores,
socios, o lo que sea, y el negocio se verá reforzado.

O esa medida cutre de
la limpieza de colegios y otros, la típica autogestión de la miseria para darse
pisto, moral y cuatro migajas, y poder decir “sí se puede”, y que si daña a gente
como Florentino Pérez (y de paso al Madrid, que estaría bonico que estos
creasen una crisis futbolística mundial con su máximo emblema local, eso sí
sería revolucionario), ya está haciendo que los trabajadores de las contratas
de limpieza, y supuestos votantes suyos, se estén revolucionando de verdad, a
favor de su jefe, y por supuesto del Madrid y el fútbol en general, al que
también, dicen, tienen enfilado. Las masas, es lo que tienen, que si falla la
levadura…

Pues cesar por estar
imputado por atentar contra las buenas costumbres y la moral burguesa (que es
una tan solo de las existentes) no puede ser lo mismo que ser una amenaza para
la gestión de fondos y patrimonio público, que es único. Y además, ahora me
entero que la administración local deba ser el bastión y reserva espiritual de esos
valores solamente. ¿Dónde viene eso? Y a más de un tertuliano y alcachofero de
pro se le está viendo el plumero con ese cante. Sólo por eso, ya habría que
haberlos inventado, de no existir. Pero por favor, nada de verduleras al poder,
revoluciones orales (o anales) o virtuales. Que eso ya lo hace Telecinco. Y también que no cuesten un pico o se hagan de pie, que uno ya no está para trotes. Y sobre todo, a ver a qué hora se hacen, a poder ser en prime time. Que yo me acuesto a las
once.
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