viernes, 17 de febrero de 2017

Representantes

Los catalanes tienen la fama, pero también dicen que cuando Armstrong puso pie en la luna ya había un gallego allí (o sería gallega) cociendo pulpo. O igual era un vendedor de melones de Abengibre, que tampoco se están paraos. 
El caso es que Rajoy le ha dado el sorpasso a Puigdemont (que estaría pelándose) al ofrecerse a Trump con su correduría para latinos, un tratante o representante, un comercial, vamos, que así, a priori, parece labor como más para uno de la Tarraconense, y más después de ver a Saza en La escopeta nacional. Lo que son los tópicos. Por no hablar del famoso seny que se les supone a sus habitantes, vital por otra parte para el corretaje, el trato, la compraventa y el percentil. Bueno, y la experiencia de hacer pancartas en inglés, supuestamente de tanto peso a la hora de obtener el cargo. 
Y no. Está visto que lo que más vende al negociar con quien vaya de amo del mundo por la vida es ofrecérsele de manijero mismamente, para llevar la espuerta, el botijo, o de lacayo para evitarle tener que tratar con la servidumbre. Cosas así. 
Y es que, claro, si él va de América Primero, y tú te pones también en plan Catalunya Primer, lo lógico es que haga como que no te conoce, pase de ti y te quedes sin el 10%, o el 3, o lo que sea que te vayan a dar, y te den por donde amargan las cucurbitáceas.

Bananas. Y hazlo todo grande otra vez.
Y es que aquí es que todos van ya de China First, Rusia First, o Hagamos Grande a Bretaña otra vez, que me pregunto qué diría de eso Freud, con su manía del subconsciente, la impotencia de la vida moderna y la involución mundial constatada en el tamaño del pene. Y además, que para que un catalán triunfe con USA lo primero que tiene que procurar es hacerse pasar por cubano, echarse un chihuaha de bolsillo y después ya, pues dirigir rumbas, aunque solo sea por seguirles el rollo, como Cugat
Pero claro, él tenía a Carmen Miranda la frutera, y Puigdemont, ¿a quién tiene el pobre? A Anna Gabriel, que no es que sea socia exactamente, sino que iban a la misma peluquería unisex, y una cosa lleva a la otra, y… Y además, que este, rumba, ni la catalana, por mestiza y del poble. Que no lo veo yo a él con el gitaneo, vamos. 
En cambio Rajoy, que la única rumba que conoce es la que manda a  Montoro pasarnos a diario para no dejarnos ni un pelo de gato con que traficar, no es que se conforme con el segundo puesto, Spain the second, o el tercero. A él, con que le dejen de utillero le vale, que él ya hará lado, hueco o lo que sea. Bueno, y la comisión. Que luego hay muchos para repartir. 
Y es como debe ser. Porque del orgullo no se vive. Y aún menos del seny. En cambio del coseny y de salirse por la tangente, éxito total. Solo es cuestión de trigonometría. Y jeta.

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