LA PESCADERA
Ay, tú de mí
te quejas,
y que del
Santo Padre,
ni perdón
tengo,
que son
lentejas,
con el
entendimiento
comprende el
que se casa
que está en el
cesto.
Tú no te
alteres
ni hagas el
hato,
que hasta el
fin no se sabe
quien paga el
pato.
Juicio,
suplicio y prisión
quieres que
pague, morena,
y contigo no
me queda,
ni para el
procurador, ay,
qué bien te
veo,
que la
templanza
se haya
terciado
en
buenaesperanza.
Y así se
explica
que, con la
prisa,
el pescatero
tanto fiara.
Boquerón en
vinagre,
chicharro en
salsa,
sardinas de
estraperlo,
y para quien
la quiera,
boga sin
raspa.
Volador y
pulpito
que paecen calamares
de
arregladitos.
Palometa y
lenguao,
gallo a la
brasa.
Pescadillita
blanca
y camarón del
estuario,
mújol, caballa
y sepias
van por mi
barrio;
congrio de
altura
y atún de la
almadraba,
merito al
ajonjolí,
marrajo y
gamba.
Ay, quien
pudiera,
fiel
pescatero,
buscarse la
ruina
de su dinero.
Ay, pescatero,
yo ya quisiera
tener una o
dos novias
para la feria.
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