jueves, 21 de abril de 2022

Anacletos

 Este país está lleno de espías. Y no porque lo diga el Honorable Petit, Pera Aragonés. Es que hay afición.

Un síntoma claro es la cantidad de aborígenes que sigue con la mascarilla, unos por ir a la contra, otros por gastar las compradas –igual que se almacenan torrijas o bocaíllos, para tenerlos que consumir con pelo–, y otros por puro voyerismo, pensando infantilmente que si llevan máscara no los ven. (También está el dicho para distinguir entre la mula y el tonto, que, cuando se acaba la linde, la mula para y el tonto sigue. Pero aquí entraríamos ya en política, y no es cosa). 

Un tapaboquismo que más que vocación carnavalera trátase de filibusterismo galopante, vergonzante y vigilante al pensar que todos son de su condición, en una situación en la que todo quisque se ha tirado a engañar y robar descaradamente (y por tanto a camuflarse), con la escusa de la guerra, la luz, el trigo y el girasol. 

¿Y a mí cuándo me investigan, hosti?
De modo que si hasta aquí imperaba esa pose generosa y un tanto ridícula de salir para ver y ser vistos, ahora se impone la del mirón enmascarado, el enterao reojudo, el taimado relojeante, todos tan fieles a esos personajes del TBO, mortadelos, anacletos y doñas urracas, aunque más tragicómicos, y ligados también a esa tradición ocultista de penumbra alerta y escondiditis, señaladora –esas miradas acusadoras tras la máscara– que ha renacido con los nuevos miedos, que da la sensación de andar entre confidentes de la brigadilla. 

Con tal boom de chufletismo marujil era cuestión de tiempo que los servicios secretos salieran a ponerse en valor, tras una época que, por no haber mascarillas, Villarejo se tenía que cubrir con la carpeta. Y a estas horas nuestro mejor 007, Sánchez Goldfinger, Vive y deja morir, Nunca digas nunca jamás, El mañana nunca muere, El mundo no es suficiente, Sin tiempo para morir, y otras gaitas, ya le habrá ofrecido a Zelenski los servicios del CNI, esa joya nacional, si bien Solo para sus ojos: “¿Quieres que te realice un espionaje a alguna hija de Putin (con perdón)? ¿O a algún sobrino suyo en Torrevieja? Gratis. Como aportación de España a la defensa de Ucrania. Nada. A mandar.” Y es que, el que da lo que tiene no está obligado a más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario