jueves, 13 de octubre de 2022

En serie

 

Cataluña no es un país (petit), ni un proceso,  ni siquiera un club –si el Barça ya es más que eso, Cataluña, por lógica, sería más que un puticlub-.

No es ni una entidad; Cataluña simplemente es una serie televisiva, como Cuéntame, Todos mienten, o Aquí no hay quien viva; un relato basado en hechos reales, pero no necesariamente real. 

El CGPJ tampoco es ninguna institución fundamental de la democracia –más bien parece la negación de la misma-, ni un organismo básico del “marco constitucional”, ese marco tan necesitado de lienzo y tan vacío; ni siquiera es un club de amigos (y enemigos), de personajes, en persona o personados, en busca de autor, o sea, de su amo. No. El CGPJ es una miniserie televisiva, como Juncal (y a saber quién es Búfalo), Patria (en aflicción, claro) o El desorden que dejas. 

Asimismo, la sequía no es una calamidad congénita, ni un fenómeno ibérico recurrente, nuestro corredor de la muerte climático particular, eso tan preposicional ante, bajo, con, contra, desde, en, entre, por, según, sobre y tras lo que deberíamos estar ya moviéndonos. Que va. 

La sequía es solo una serie inacabada e inacabable, postpuesta, archivada, cancelada o recuperada al gusto del dictadorzuelo de turno para emitir un episodio piloto o dos, si no hay otra cosa en la agenda, y a la primera borrasquita darla por finiquitada en su enésima temporada hasta nueva orden. Solo un episodio entre pantanos, en un pantanal inabarcable. Y si te vi, no me acuerdo. Con decir que, con la que (no) está cayendo, y con la sequía en la boca de los telediarios todo el día, la gran preocupación esta semana era el “riesgo” de lluvia en este acueducto del Pilar, está todo dicho. 

Pero para serie esperanzadora, la de Sánchez, de la que solo hemos tenido algún destripe con suspense sobre sus dos misiones vitales: humanizar la figura del Gran Líder Fraternal (¿animalizando más al rebaño?) y mostrarnos el día a día monclovita. Eso sí que sería la gran excepción ibérica: desvelarnos cómo cortan el bacalao y se comen el Jabugo mientras el personal amontona palés para la estufa en invierno. Premio Bafta, seguro. Y Abycine, mia tu.

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