jueves, 22 de junio de 2023

Edades

Dice Arcadi Espada que la política debería estar vetada a los jóvenes. No sé si incluye a Biden, que acaba de pedir que le pongan otra (con tropezones, y por picar algo), pues la juventud va desde tomar la primera comunión hasta la Preysler, un suponer. 

Aunque creo que el periodista se refiere más bien a los treintañeros (as, más bien) que ejercen el poder, algunas de los cuales han dado razones tan sangrantes como no concluyentes para darle la razón. 

Por lo que pienso que más bien el veto es a que gobiernen más que a la política, pues en qué escuela del crimen mejor que ella podría un joven prepararse para la existencia, y graduarse, bien como egresado vacunado de por vida contra ese virus, o reenganchado en ella como asesino de reemplazo a un postgrado para ejercer en eso que el cinismo histórico occidental denomina bien común y que se lleva a cabo mediante otro sarcasmo de marca mayor como es el famoso arte de gobernar (inventado por Maquiavelo, ahí es nada), que es como elevar a canon platónico el oficio de la carnicería (y charcutería) o la pesca a gancho del atún de almadraba. 

Por lo demás, el joven, y ahora más las jóvenes, que les toca echarse alante, a cambio de aprender supervivencia solo pueden aspirar a servir de morralla para el caldo, o pagapatos del juego -y conste que es bajo precio para tanto aprendizaje-. 

Un buen ejemplo es Irene Montero, aunque no haya escatimado en dar pábulo a críticos con su carácter vehemente, personalización verborréica e imagen intransigente. Lo cual, con un chalé y una posición ascendente, jode. Y más, a la izquierda. 

Por eso quizá se convierta en la única dirigente no derrotada y dejada para las mulillas en el próximo urnazo, lo cual, con lo que viene, que es política pura y dura, no apta para memo/as bienquedas, con sonrisa de pata de gallo y el jijí jajá como estrategia, tampoco está tan mal, porque va a hacer falta mucha juventud y mucho iluso. 

Y mucho error y mucho ridículo. Por eso Biden hace muy bien en pedir prórrogas. No por viejo locati, que eso está claro, sino por payaso. A veces es lo que toca para que el circo siga. Y si la juventud no baila… 

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