lunes, 16 de diciembre de 2024

Jingles

 

Visto el éxito tremebundo del nuevo formato navideño, degenerado en un subgénero musical tan agotador como innecesario, el modelo Jingle Bells, o del Campanilleo, con luces y musiquita archiconocida, al que la gente acude como moscas a un ril, sin importar que le retestinen el hipotálamo Maria Carey o Luis Miguel entre un millón de leds, la pregunta es: cuánto tardarán los políticos en copiarlo emitiendo jingles en sus comparecencias y, ya puestos, si serán con música conocida, apalancada en el cerebelo del personal, u originales de música y letra (bueno, aquí me he pasado) para que la ganadería acuda presta a su rijoso y malhadado pesebre tan gustosa y cretina más a ciegas que José Feliciano

Porque ese modelo de neo pastoreo, lejos ya de la navidad, e hijo del manejo de masas deslumbradas por la perplejidad de su propia mansedumbre, basado en los instintos primarios estudiados en perros y otros animales hoy a la par o por sobre los hombres -de las mujeres ya se verá-, es el que se impone ya en la comunicación. O lo básico al poder. 

Por eso no dudo que si Sánchez sobrevive a sí mismo no tardará en pasarse al jingle, y cantará. Más aún, quiero decir. Es un pionero (por pión). Ya salió por epístolas, y por meditaciones, ha coqueteado con la ronda y la serenata y flirteado como consolador. Y con cierto éxito. ¿Por qué no arrancarse por jingles? 

De hecho, la política ya es una sucesión de eso, mensajes rápidos con soniquete. Y a otra cosa. ¿Por qué no decir los presupuestos con música? Por ahí va el tema. Ahí está Trump y sus politicommercials. Aquí se está en una fase digamos mexicana. Con mariachis y tal, música enlatada y los fondos esos de jóvenes florero que parecen una coral de mudos dispuesta a cantar un villancico. Sería cuestión de lanzamiento. Tragamos seguro. 

Y lo mismo se descubren como artistas y hasta cobran derechos. No llegarían nunca a los de los mencionados, o Brenda Lee o The Pogues o Slade, que cada navidad se levantan millones sin salir del catre. Pero es lo de menos. Al fin y al cabo ellos solo buscan el bien común y no van a por la pasta. Y ya, si eso, pues tienen a Koldo, a Ábalos, a…

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