jueves, 5 de diciembre de 2024

La gamba

 

El gremio de pescadores anuncia que estas navidades va a faltar gamba roja, lo cual es inconstitucional, como mínimo. Pero, contrariamente a lo que cabría esperar, la culpa no es de la extrema derecha, aunque algunos se imaginen a Abascal acaparando gambas reventando con ellas las alforjas de su caballo; sino del gobierno, que tiene cosas de trapecista calvo, y que, en su afán por generalizar la resistencia del rojo -o rosilla, más bien- frente al acoso y derribo, la cacería que dicen ellos, por parte de las hordas de rejoneadores fachosos, ha dictado la resiliencia de la gamba roja para preservarlas para futuras generaciones…de socialistas, dejándolas, en plan gambito sacrificial, por debajo de sus posibilidades (del gobierno y tal) y por encima del resto, para que no se diga, y para que los ricos según ellos (o sea, ellos) no las puedan catar, aunque las caten. Y los demás, al gambón. 

De manera que, siempre dando la nota antipatriótica, otra vez han atentado contra el alma española, en este caso contra la santísima trinidad del paladar carpetovetónico, nuestra trilogía mística más preciada, con adviento y sin adviento: la de gamba, jamón y sepia. No sé cuándo asaltarán el jamón y la sepia, dos cosas tan franquistas, por otra parte, para ponerlos prohibitivos -el sepionet ya no se ve, y el jamón canta rumano-. Pero lo de la gamba es que no tiene perdón. 

Un país uno de cuyos pendones, su heráldica, eran los rastrojos de cáscaras de gambas bajo las barras de los bares, crepitando estrujadas por los pies de los barítonos; esa alfombra crustácea, ya no existe. Y en su lugar han asomado los sueños de gamba, los delirios de gamba, pues la escasez desata la fantasía. Y la ganica, e inclusive el trauma. 

Pues a los diez millones en riesgo de exclusión social que hay en general, este año habrá que sumar otros 20 en riesgo de exclusión social de gamba. Y otros tantos más si es roja. ¡50 millones de españoles sin gamba! ¡Casi tantos como móviles! Sin poder ni montar un belén con gambas, ni aunque sea arrocera. Ni picar al cuñado. Eso sí que es meter la gamba. Menudo gambazo. No sé qué va a ser de nosotras/os.

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