jueves, 10 de julio de 2025

Vacaciones


La Santa Inquisición bien podría ser la inventora de las vacaciones, si vemos a estas -y más con el cambio climático- como una forma de sufrir distinta a la cotidiana, un cambio de postura en la tortura -espera, ponte así, dicen los amantes veraniegos huyendo del sudor en busca del clímax-. 

De ahí la pertinencia de su concepción actual como desconexión, tan necesaria para volver luego a padecer las de Caín de cada uno. Siendo en este sentido como la Santa, con su programación del suplicio, ahora al potro, después al látigo con puntas, luego al torno, te amenizaban la vida de forma que tardases en diñarla -como ahora mismo hace la Seguridad Social-, hasta el punto de tener tiempo de arrepentirse, cantar la tarara o incluso echar de menos una buena mano de hostias normalita, entre desconexión y desconexión. Y hasta a pasar gustoso el viacrucis con tal de disfrutar de su variedad. Todo fuese por la salvación. 

El problema de ahora, y que yo le veo a desconectar es que te puedes perder otros placeres tan intensos como el grillete con pinchos o el torniquete testicular, y lo que es peor, que se te pase de clara, sin olerlo siquiera, el cambio histórico que está al caer(senos encima), esa cosa que solo ves cuando ya ha pasado, y que solo puedes saborear en su punto en su momento de producción con el olfato, que es quizá el más cognitivo de los sentidos, sobre todo para con la basura, y que es lo que puede que esté pasando este veraneo, en vivo y en directo, mientras todo el mundo está ya a por uvas…, menos, claro, quienes tienen en su mano seguir ordenando la tortura, dosificar los tormentos más que Manolo Caracol en sus zambras con Lola Flores, y que, mira por dónde, empiezan sus vacaciones en agosto. 

De ahí que Sánchez sea el hombre más loco del país por que pase julio -del 18 no pasas, le ha advertido más de uno, incluso desde el más allá-, y no porque no tenga aire acondicionado, sino porque vive pendiente de dos posibles autos-martirio julianos antes de que los togados se olviden de él (hasta septiembre), como son: la no admisión del argumentario de Cerdán, o sea que lo emplumen por financiación ilegal del partido (que creo, no sé, que está en el gobierno, y que es la cuarta negación que le falta hacer a Pedro), y el embanastado de la Bego, que quiere decir el uso del estado para canalizar pasta rica a lo privado. Más o menos lo que hace el mismo Trump y por lo que el progresismo pone el grito en las chimbambas. Y ahí se acabó. 

Ni ERC, ni Compromís, ni otros le van a secundar en su pasión de mazmorra. Que la vida es muy dura, y también hay que viajar, descansar y desconectar (y más de Sánchez, que ya da calambre), para poder regresar con más ganas a la historia. Lo que pasa es que esta lo mismo ya ha cambiado, y será otra muy distinta cuando vuelvan. Y es que ahora está muy de moda equiparar a jueces y políticos, y que son tal pa cual y eso. Pero entre ellos sigue habiendo una distinción fundamental: que los jueces solo se toman un mes de vacaciones, y los políticos parece que no hayan vuelto nunca de ellas. Menos la ministra de vivienda, desvivida la pobre con tanta papeleta, que no da abasto. 

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