viernes, 15 de noviembre de 2019

Ser algo


Hubo una época en que quien no llegaba a nada en la vida (¿) se hacía socio del casino.
Era cuando la sociedad de masas clásica, las clases y toda la mandanga de integrarse a lo grande; y ser mecánico o español era bastante. 
Luego, al bajar el listón y que todos llegasen a algo en un mundo revenido donde lo social, el todo, era tan caníbal como desintegrador, y tan desilusionante, vinieron los clubes, cotos de caza, etc. El colmo de la frustración preventiva era apuntar a los hijos a un club de fútbol antes de tomar la primera comunión. 
Y así hasta llegar a los grupos de guasap, lo propio de una vida con todo quisque atomizado, separado del resto pero unido inalámbricamente con todo y lanzando sopas con onda todo el día como deporte integrador. El culmen de lo ya fijado por Weber, que el individuo nace de su desencantamiento del mundo. 
Y que ahora va a tope, con el individuo lanzado a eso que en USA llaman autorrelleno, algo así como la vida vista como gasolinera autoservicio, el autodesarrollo autocomplaciente –todo es auto, mira tú–, el famoso crecimiento personal ese, en medio de los estilos de vida hedonistas o directamente narcisistas, como rellenos, apósitos, banalidades relacionales que no llegan a vida pública. 
Una carrera por ser algo, en medio de lo amorfo, en la que la clase o la nación son vistas como indeseables por ser la causa de ese gran trauma del no ser, que lleva a adherirse a magnitudes tan selectas y restrictivas como un club, pero vistas como universales como el nacionalismo, o la patria chica, donde el individuo puede ser él mismo, y distinto, como mandan los cánones modernos, y a la vez otros. 
El no va más del sé tú mismo, o sea, nada, pero con adjetivos, que al disolverse en esa otra nada adjetivada de acogida genera la ilusión de dejar la anomia, y ser alguien. 
Es el triunfo del identitarismo o querer ser algo a toda costa, y de eso que llaman resiliencia o capacidad de superar un gran trauma, la nueva virtud de moda que no debería ser considera tal, sino lo que es: la quimio del individuo que no sabe ya qué mierda pisar con tal de ser, aunque sea eso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario