El
fascismo está sobrevalorado. La ejecutiva de Vox en Murcia ha dimitido por el
alarmante crecimiento en el país vecino. Se ve que se les amontonaba la faena
(¿pero ehto qué eh lo que eh, acho?). Peor que sembrar pimientos. Y en vez de
buscarse una asesoría, como todo el mundo, o un gestor de clases pasivas, pues
se van. O haber sacado alguien del paro que quisiera trabajar…, bueno, cobrar.
Aunque se habrían gastado un limonar en entrevistas y psicólogos. Bonico
estaría.
Pero ahí no quedan las malas noticias, que se siguen acumulando: el
desfile televisado de Victoria’s Secret desaparece, para pesar no solo de
panochos. Una chominá, sí, pero que traerá cola, con perdón. Y su presidente ha
dicho por qué: la televisión ya no es el medio adecuado para el show. Así es
que, la brigada senil y otras huestes (no solo masculinas) a babear a otro
sitio.
Y es que lo de la cultura está imposible. Hoy el escritor, el artista, el creador, en fin,
cualquiera que se aventure fuera del convencionalismo y el consenso, lo tiene
más difícil que nunca, pues jamás hubo tantos elementos tan en contra de poner
en duda el orden establecido, y tan a favor del ridículo idealismo optimista
repleto de tópicos que lo sustentan.
Malos tiempos cuando el infortunio se esturrea sin
fuste. Para la lírica y para todo. Y ahora, esta desgracia, quiero decir lo de que la tele ya no vale para
exhibir bragas y sostenes, que han perdido dos tercios de sus espectadores.
Todo un drama mediático.
¿Dónde se han ido los acérrimos? Pues a internet, ese
sitio donde siempre es de día, que es donde está lo actual, el voto, el sexo,
el mercadeo: la verdad de hoy, que ahora mismo tiene a tope la página Rebajas
España.
La tele ya es demasiado eximia, pura cultura, o sea ficción e
ideología. Que es donde opera Pedro Sudoku Sánchez, que ya tiene línea y va
para bingo. Aunque para completarlo quizá debería acudir a las ofertas de hoy, con
algún saldo, aunque sea de Alibabá. O eso, o que Rosa Mª. Mateo contrate en
exclusiva a las Victoria’s Secret para entretener la intriga, aunque fuese en
horario infantil. Sería un puntazo. Con perdón.
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