El corralito

 Los Sussex la acaban de liar parda acusando de racista al entorno de la reina mami, sí, la misma del ‘God save the queen, the fascist regime’ de los Sex Pistols.

Y ello al año de exiliarse y darles en la cresta y mandarlos a freír leches, que, total, si no voy a reinar, pues me cisco en el tiesto y ya está. Y eso, en un sussex, aunque sea pelirrojo, está pero feo. Yo tengo una pareja de esas, y ni se les ocurre. 

Hace poco les solté (a mis sussex) un macho alfa entrerrazado para tomar el pulso a la bandada, así como un debate del estado de la nación pero en plumífero, solo que sin plumillas, y a lo vivo, sin Meritxell ni nada, y las reseñas se podrían calificar de halagüeñas. Eso sí, el 7-M, con tiempo, lo saqué para evitar que alguna fundamentalista aherrojada aquí por el perimetraje y las prohibiciones, la pagase con él desde la vía verde en vez de con el Page, o con la Ayuso, que es más fácil, aunque sea hembra (de momento).Y estoy pensando en echar un picaflor más, digamos francés, o al menos afrancesado, que en dos horas lo tienes aquí, se te zampa en el corral sin test ni nada, se pone hasta el culo de todo sin cuidado, te arma la berrea padre, y no hay quien le tosa (que te denuncia). 

Y tan contentos (y contentas). Anda, que lo haga uno de Aguas Nuevas, o de Orcasitas, y verás. Y es que el gallerío foráneo tiene mucho más caché. Y le coq –dicho en franchute–, pues siempre es como más sportif. Pero como los sussex, nada. De hecho, su éxito aquí es tal que no tiene nombre. Y es que son ya como de los nuestros, como un Froilán o un Urdanga. 

Harry el Susi

Nos son tan familiares que me veo negro, bueno, subsahariano, pero perdido, para que la pollera de Los Invasores me entienda, hasta que cae en la cuenta y exclama:”¡Ah, pollas susi, es lo que quieres!”, lo cual, dicho así me alarma más que un decreto sanchista, pues, que yo sepa, la ley Trans aún está en trámite. 

Aunque lo que yo quería era un pollo, un susi, para entendernos, ya que estamos, y con buena cresta roja, como el duque. Pero no hay. Los ha acaparado el multiculturalismo y se han vendido al espectáculo. Y mis susi sin rey. Bueno, sin príncipe.