jueves, 19 de agosto de 2021

Psicotrópicos

Alcohol, nicotina, cafeína, analgésicos, tele. El pan de cada día, vuelta vademécum la panera. Aunque la chicha, anfetas, opiáceos, maría, coca y pastillujes varios, no son nada minoritarios.

Faltaba el calor, para poner a macerarnos los centros, que diría Da. Concha Piquer

Sánchez ya estaba, y cuando el calor se vaya todavía seguirá ahí, aunque no sé si como psicotrópico o estupa, que es cuando las sustancias –eso es él– te abducen, te excitan o deprimen. Como el calor. Tanta química (y tan poca física) y tanta fórmula (mediáticopolíticavacunísticaetc) nos han alterado ya las sensaciones como en un “viaje”. 

Los síntomas son la fantosmia general, que no es hincharse a ver fantasmas, que están ahí, reales, sino sentir olores ficticios. O sufrir alucinaciones auditivas (que no, que es la tele), o ilusiones ópticas (aunque haya cuerpos que son de verdad), o estar llenos de sensaciones táctiles, qué más quisiéramos, y hasta de fantasías gustativas, que ya es demasiado, salvo si vas de gorra a un convite. 

Pero las psicoayudas sostienen la salud mental, y más en verano (y con Sánchez), aunque viven de ella, cual bacterias, y la merman, tanto, que los noticiarios deberían expedirse en miligramos. Y su efecto secundario inexorable es la misantropía. Ya te puedes esforzar en apreciar al género humano que éste te decepcionará y te hará flipar en colores, como esa izquierda protestando, igual contra intervenir en Afganistán que por irse de allí, que contra el alquiler o el recibo de la luz, pidiendo una empresa (¿otra?) para regularla (y aumentar la socaliña). ¡Y están en el gobierno, ellos, dueños del BOE! 

Pero les gusta más esa chocotajá, estar en procesión y repicando, follar y seguir siendo vírgenes, ser gobierno y oposición, putas y santas, eso que no sabes si odiar porque te enerva (de amorcillar) o te enerva (de sacar de quicio) porque lo odias (menudo lío), pero que practican sin rubor –el Psoe es un experto y mal lo lleva Podemos al querer competir con ellos en eso–, pues siempre juegan en casa, como la derecha en campo contrario. Psicotrópicos todos y, por desgracia, estupefacientes para muchos 

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