jueves, 9 de diciembre de 2021

A las armas

Entre el guateque bielorruso y el juramento ucraniano de dar la última gota de sangre por la estepa, se vuelve a oír, con las risas de fondo de Putin, lo del famoso ejército europeo, ese que ha de defender el paraíso material y de derechos de los 27 magníficos contra el infierno que son los otros, sean pajizos, morenos o tiznados. 

Algo muy lógico pues la historia ha demostrado que cuesta menos conquistar que conservar lo apercollado. Aunque completamente surrealista, cuando no absurdo, ya que todos los principios, normas y prácticas de la UE chocan con el caqui, la instrucción y todo por la patria (o por su veintisieteava parte alícuota, como sería el caso). 

Y no es porque prime lo progre y pacifista (que también), pues aquí fue Aznar el que dio carpetazo a la mili. O porque en un solar tan vasto no haya materia prima para armar un tinglado de ese tipo. Aquí, como en cualquier parte, hay psicópatas para parar un tren… militar (si Adelita se fuera con otro, claro). 

La pega es que el personal adecuado solo se decanta en plena guerra, como en la IIGM, que lo peor de la especie demostró ser lo más idóneo, como los investigadores conductistas sospechaban. Así que, con lo que hay, lo más posible de momento es que se formase un ejército paritario, con generales y generalas, tenientes y tenientas, sargentos y sargentas (que alguna hay), o dos ejércitos mismamente, uno femenino y otro masculino, incluso uno LGTBI, que no lo veo yo, pero, bueno, para saraos, subir la moral de la tropa y tal…; y otros de género,  un ejércite, con sus labores y eso. 

O bien podría ser por división internacional de funciones, que los furrieles fueran holandeses, la intendencia alemana, los franceses tropa de revista, los cantineros españoles y los gastadores griegos. España podría aportar un arma decisiva: los videos de Gila, o alguno de Sánchez, que tiene inermes a las cancillerías enemigas. Aunque por lo pronto es Alemania la que abre fuego, con perdón, nombrando ministra de la guerra a una verde, y no es coña. 

Y ya veremos si no obligan a que el rancho militar sea vegano en adelante. Y permitan llevarse las mascotas a las trincheras. Creo que Putin está ya en los Urales acojonado buscando refugio.

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