viernes, 5 de mayo de 2023

Optimismo

 

Antes, cada cien años o así se acababa el mundo. Lo que pasa en este the end que nos toca vivir es que se acaba más aún. En 1923 había algo de inflación y un dólar valía 47.500 marcos. Aun así, la natalidad era alta -vamos, que la inflación seguía por la noche-. Aquí, en cambio, los nacimientos no cesan de caer. 

Pero es que, desde el covid, la mortalidad aumenta sin parar ante nuestras narices. Ya se sabe, en la España vaciada lo único que se llena son los cementerios. O sea, que no es que se acabe una época; es que nos morimos, pero físicamente. Que, bien mirado, no está mal. Que sigan otros. Pero es que ni eso. Porque lo que también está agotado es el sistema, el post 2ªGM, eso que llaman bienestar, socialdemocracia, acuerdo social u otras lindezas -y la gente se lo huele, y por eso sale en manadas a las playas-. 

Todo eso se ha esfumado, estamos en la prórroga, y las “nuevas” propuestas revitalizadoras son más blufs sacacuartos, frente a lo cual la única gran novedad de cambio de sistema es cierto reparto de migajas del acumulado (y la práctica del poliamor). 

Todo pues, nos remite a una pobreza, material, de ideas, de espíritu, de actitud, traumática, paralizante. Por eso todo lo que a los políticos se les ocurre son ocurrencias, palabrerías, bazofia manoseada, nada con gaseosa, promesas incumplidas de antemano, mojones con pinta de bizcocho, relatos para ir conteniendo al personal y controlarlo, sin soluciones, ni siquiera reformas, grandes pactos que, en una época que se nos va, podrían al menos dejarnos en la unidad de paliativos por un tiempo. 

Cosa que ya no interesa a esta gentualla perdida en su ignorancia, intereses y propaganda. Y lo que es peor: sin llover, esa otra muerte en forma de sequía, la que el régimen anterior se empeñaba en añadirle un orden moral, el de obstinada y terca, con la palabra pertinaz, y que hoy ha cambiado a persistente, que se mantiene, sin más. Ni menos. Porque esa es la muerte definitiva, la ambiental, la del planeta. La que viene junto a las descritas a poner su epitafio. Y que los políticos, como con todas, no sacarán más que votos…que llevarse a la tumba.

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