martes, 5 de marzo de 2024

Fakes

Hoy, en el llamado Día de la Mujer, me pregunto si todo esto no acabará en otro fake. La historia está llena de ellos. La abolición de la esclavitud, por ejemplo, es de los más sonados (y soñados, pues ahí sigue, de muy diversas formas).

Y sin embargo, los fakes hacen la historia. Y la mujer, como gran actriz en la sombra, su voz en off, la eterna Pepita Grilla de la historia hasta hoy, siempre ha estado ahí, en las cocinas de la misma, aunque sin salir en los rótulos, en los créditos de la película. 

Una opacidad que le ha evitado el patetismo de todos los grandes fiascos, pudiéndose postular así con más avales para los que vienen y vendrán, a costa, claro está, de no figurar hasta aquí como actor principal. Lo cual tampoco es para derramar tanto lebrillo de lágrimas como se han llenado, no en vano lo que resulta a la postre del mismo devenir es bastante tragicómico y para olvidar en su mayor parte. Y que al final todo es bastante poliédrico.

Pablo del Cerro, por ejemplo, fue el coautor real de muchas de las grandes canciones de Atahualpa Yupanqui. Aunque en realidad su nombre era Paule Pepin, una pianista francocanadiense que se hizo novia suya estando él casado, lo que viene siendo una querida de toda la vida, cuando ella recaló como concertista en Argentina, y cambiándose el nombre a Nennette, se pasó la vida de eso que dicen de "la gran mujer detrás del gran hombre" -ese fake surrealmachista de lo vital-, ayudando a construir, ya de fake en fake, ese gran fake que es la música popular, que nadie sabe exactamente lo que es, pero que se da por incontestable por estar anclado en ese otro tremendo invento fake de cierta izquierda fake maricomplejín de ciudad que es el pueblo como dogma, que ha servido de apoyo sin pagar derechos a otras muchas izquierdas posteriores sin mucho fuste en otras partes. 

Y así, fake tras fake, pasaron a engrosar esa herencia, ese capitalazo hoy categorizado como el conjunto social, antes conocido por pueblo, antes clases oprimidas y más antes proletariado, y en cuyo nombre se hacen todas las pendejadas. Y así, todas esas denominaciones de origen se acabaron degradando hasta convertirse en más fakes. Que es por lo que magino que este feminismo de hoy será mañana otro fake y ya veremos con qué consecuencias. 

En realidad es lo que nos espera a todos. Y a todas. Pues lo único que permanecen, y no por mucho tiempo, son las canciones que genera cada intento de ser eternos. Aunque, como las que prevalezcan de este sean las de Shakira, ya te digo que estamos apañadas. 

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